viernes, 18 de abril de 2008

4. DE URDANTA A ZALDIERNA (5k 300+)


Si como vengo diciendo últimamente, mis temas más queridos de arquitectura en La Rioja son las hallenkirche y las casas solariegas (y por extensión al fin de semana, las grandes formaciones rocosas que nos brinda nuestro riquísimo paisaje), tengo también la suerte de ver como mis amigos de La Piedra de Rayo dirigen sus pasos hacia dos temas arquitectónicos en que en los que soy un completo ignorante -las cuevas y los dólmenes-, y que de vez en cuando me lleven con ellos. Así, el domingo 11 de febrero organizaron una pequeña excursión entre dos de las aldeas próximas a Ezcaray, Urdanta y Zaldierna, para visitar el más que probable emplazamiento de un dolmen circular y observar con detenimiento las piedras que posiblemente pertenecieron a él y que en algún momento debieron ser trasladadas un poco más abajo para formar una empalizada de ganado. Y yo acepté encantado la invitación, claro. Venían con nosotros unos geólogos vascos y otros estudiosos de la historia que seguramente algún día publicarán sus conclusiones en dicha revista, así que yo tan sólo me centro en contar el recorrido por si alguno de mis lectores lo quiere hacer. Es una excursión corta que puede hacerse en las tradicionales dos horas o dos horas y media de subida tranquila, descenso más tranquilo aún, y paradas para las fotos y la contemplación (no hubo almuerzo porque nos esperaba luego una estupenda caparronada en el bar de Ojacastro que está en la misma carretera). El medidor del google earth me da 4,5 km en total, y un desnivel desde Urdanta hasta el lugar del dolmen de 300 metros. Al tener puntos distintos de salida y destino, hay que apañárselas con dos coches (o con amigos). La imagen de arriba muestra el recorrido marcado sobre la foto aérea del google earth. Se sale de Urdanta por el único camino que hay en dirección Oeste en la margen izquierda del arroyo, se atraviesa una zona enfangada por el ganado de una vaquería al borde del camino y se va ganando altura sobre el valle sin posibilidad alguna de pérdida. Por el otro lado del valle podemos ver el ir y venir de los coches subiendo y bajando de la estación de Valdezcaray, así que ni mirar. El camino zigzaguea un poco cuando la pendiente se pone dura y finalmente se avista la amplia crestería:


Llegados a ella en un marcado abrigo de pastores, giramos en dirección Este para bajar un poco hasta la majada donde están los “megalitos” de la valla:


y se sube otro poco hasta dar con el túmulo al que seguramente pertenecieron las piedras:



Desde ese punto (en el que las rocas cortan la majada) se divisa perfectamente en dirección Este toda la crestería por la que continuaremos el recorrido hasta Zaldierna. No hay sendero, pero tampoco pérdida, así que una vez que avistamos la aldea de destino no perdemos el lomo del monte y tras bajar un duro repechón llegamos hasta una pequeña charca que los especialistas en toponimia que nos acompañaban dijeron que se llamaba Idoia. Desde allí la cresta y la vista se hace cada vez más aérea sobre el pueblo y al final de la misma tenemos que zigzaguear hacia atrás para descender finalmente hasta sus calles.


El trofeo arquitectónico de la excursión son las fotos de las piedras de esa valla que se ve a lo lejos en la foto 3, pero como yo aquí era un invitado, prefiero que algún día las contempléis mejor y con más fundamento y documentación cuando las publiquen los amigos de la Piedra del Rayo.