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domingo, 10 de diciembre de 2017

253. MONTAÑA PALENTINA




Sin tiempo ya para hacer ascensión alguna, al final del viaje a Galicia del verano pasado hicimos un breve recorrido por el norte de Palencia viendo por primera vez preciosas montañas que nos hicieron pensar en volver por allí con más tiempo. El diamante de todas ellas seguramente es el Espiguete (2.450 m), hermosa pirámide calcárea que vemos en la foto de arriba delante del lecho del embalse vacío de Campo Redondo. Aunque la montaña más alta e incluso algo difícil de subir es el verdoso Curavacas (2.524 m) de la foto siguiente:



Pero antes de adentrarnos por el valle del Carrión hacia esas dos estupendas montañas, desde Guardo pudimos apreciar la existencia de una sierra situada algo más al Sur de ellas, con un perfil redondeado y unas cimas y unos lomos muy apetecibles de recorrer. 



Se llama Sierra del Brezo y sus cumbres más aparentes, Peña Mayor, Peña Cueto y Peña del Fraile

Desde el propio Guardo y mirando hacia el Noroeste, también nos llamó la atención otra gran montaña llamada Peña Campa que está encima de Velilla del Carrión:


¿Tendremos la suerte o la oportunidad de ir algún día por allí? Todo es proponérselo. Páginas con itinerarios hay muchas porque todo el mundo parece empeñado en hacer promoción de sus recursos turísticos. Esta que aquí enlazo es una buena muestra. Pero como lo que yo quería guardar en este post  no es más que cuatro fotos de una primera impresión, he preferido echar un vistazo con Google Earth para hacerme una composición del lugar:


Para aclararnos, decir que Guardo queda un poco más abajo de Velilla del Carrión.

Lo más que hicimos en la rápida exploración de una mañana de viaje entre Guardo y Cervera de Pisuerga fue llegar hasta Cardaño de Arriba y ver el punto donde comienza el sendero que sube al Pozo de las Lomas, lugar donde hice un par de fotos al cartel indicador del mismo:



Indicaciones "estupendas" como casi todas las institucionales, en las que no dicen cuál es desnivel entre Cardaño de Arriba y el Pozo de las Lomas (...). 

Sea lo que fuere (que ahora no me voy a poner a investigarlo), puestos a subir a un lago en vez de a una cima, más atractiva parece ser la ascensión a las Fuentes Carrionas por detrás del Curavacas, pero bueno, yo no digo nada hasta que vayamos por allí y echemos a andar. Lo primero ya está hecho: haber descubierto unas montañas no muy lejanas y bastante bonitas. 

Y una foto más para acabar: ya que subimos a Cardaño de Arriba, al regresar pudimos hacerle otra foto al Espiguete por detrás:




jueves, 31 de agosto de 2017

244. BAÑO EN EL RIO CARRION AL PASO POR CARRION DE LOS CONDES



El río Carrión era un gran desconocido para mí, pero eso se acabó este verano. Con un baño en él, claro está (un río no es tu amigo hasta que no te bañas en él), y... algunas cosas más. Las dos o tres veces que había estado en Carrión de los Condes no había reparado mucho en su río pero en la visita que hicimos el pasado 19 de julio, lo primero que hicimos después de instalarnos en uno de los hostales de la plaza fue bajar a dar un paseo vespertino por la ribera del Carrión. Y cuál no sería nuestra sorpresa cuando vimos que tanto aguas arriba como aguas abajo de un pequeño puente peatonal que lleva a una zona deportiva, su margen izquierda estaba perfectamente acondicionada para el baño y que había gente en el agua.


Qué maravilla. Ya empezaba a creer que los ríos de este país eran desde hace tiempo propiedad exclusiva de las Confederaciones Hidrográficas y de las Federaciones de Pesca, pero veo que todavía hay algo de cordura. Al menos en Palencia.

Por si fuera poca esta alegría aún tuve otra más: en una de las últimas casas bajando al río encontré un anuncio de alquiler de kayaks:


Llamé al teléfono del anuncio por si era posible concertar alguna salida para el día siguiente pero me dijeron que sólo funcionaban los fines de semana y que el tramo a recorrer estaba a cierta distancia al norte de Carrión de los Condes, por lo que lo dejamos para otra ocasión.  Así pues, a la mañana siguiente hicimos en bici el tramo del camino entre Carrión de los Condes y Calzadilla de Cueza, ida y vuelta. En la siguiente foto se ve puede ver a Rosalía llegando a Calzadilla donde había un animado albergue de peregrinos nada más entrar, en el que paramos a almorzar.


De la visita a Calzadilla de Cueza no puedo dejar de mencionar al simpatiquísimo guía de la iglesia, un señor de 94 años apellidado Acero (su nombre, muy castellano, no conseguí retenerlo en la memoria...., pero sí en algún papel que he encontrado luego: Herminio) que nos contó hasta alguna anécdota de su mili en Burgos, y con el que nos hicimos una selfie:


Pero bueno, no nos perdamos por el camino (aunque sea de Santiago) porque a lo que vamos en este post (ya se lo imaginan) es que de vuelta a Carrión lo primero que hicimos fue darnos un excelente chapuzón en el río. Y esta vez el de las fotos soy yo:


Un chapuzón bastante solitario porque según pudimos ver, la mayoría de la gente del pueblo prefiere ir a la piscina ubicada en la zona deportiva del otro lado del puente peatonal... (?).


Cierto que no es lo mismo descubrir una poza semisalvaje, como la del Pisuerga del post anterior, que bañarse en una zona perfectamente acondicionada por el Ayuntamiento, pero ya se ve que la gente no hace mucho aprecio ni a lo uno ni a lo otro.

Dos semanas después, cuando regresamos a La Rioja de nuestro viaje a Galicia por las carreteras del Norte de las provincias de León y Palencia, al pasar por Guardo y Velilla del río Carrión volvimos a encontrarnos con nuestro nuevo amigo. Aunque no paramos en Velilla, hemos podido saber que allí se puede disfrutar de un buen tramo del río acondicionado para piraguas (y seguramente para bañarse también). Por la ruta de los pantanos del Carrión  hicimos alguna foto al lecho seco del embalse de Camporredo con la hermosa roca del Espigüete detrás (objetivo montañero para soñar un poco).


Y hasta nos acercamos a Cardaño de Arriba para ver el inicio del sendero que lleva a las Fuentes Carrionas, es decir, al Pozo de las Lomas (arriba a la izquierda) y al Lago de Fuentes Carrionas (a la derecha del anterior), que parecen los ojos del río.


Y aunque las del Carrión propiamente dicho sean las de la derecha, que van por un largo valle detrás del Curavaca, al final las dos aguas se encuentran en el susodicho embalse de Camporredondo. La siguiente foto del embalse está hecha desde un mirador ubicado junto a la carretera:


De vuelta a casa y ante el ordenador, prosigo con mi curiosidad de saber algo más del Carrión y descubro que desemboca en el Pisuerga un poco más abajo de Venta de Baños (¿baños? ¿serán baños en el río...?). Es una desembocadura muy curiosa porque parece que el Pisuerga se volviera hacia el norte para juntarse con el Carrión:


Aguas arriba descubrí (si no lo sabía o ya lo había olvidado) que el Carrión es el río que pasa por Palencia ciudad, pero lo que me llamó la atención del siguiente mapa que pongo aquí es que esa línea azul tan geométrica que corre al Oeste del Carrión es nada menos que el Canal de Castilla... cuando el día anterior, en Melgar de Fernamental, ¡lo habíamos visto (y recorrido un poco en bici) al Oeste del Pisuerga! (???)


¿Como es posible? Con google es muy fácil averiguarlo. Subes aguas arriba y a la altura de Calahorra de Ribas encuentras uno de los puntos más singulares de la red fluvial o hidraúlica española: el cruce entre el Canal de Castilla y el río Carrión, con un sistema de cuatro esclusas.



El Canal de Castilla no es sitio para bañarse pero ya me gustaría al menos recorrerlo entero en bicicleta. Por si alguien se anima a hacerlo conmigo, dejo aquí un estupendo track con descripción de todo el recorrido.

jueves, 24 de agosto de 2017

243. BAÑARSE EN LOS RÍOS. EL PISUERGA EN EL CAMINO DE SANTIAGO



El 17 de julio de este año hizo en Burgos un calor castellano, es decir, del seco y fuerte. A las nueve y media de la mañana nos arreó bien el sol cuando subimos desde Olmillos de Sasamón al Alto Castarreño para contemplar el océano de cereal. Pero eso no fue nada para el sol de plomo que nos cayó encima cuando a eso de las doce nos dio por subir al castillo de Castrojeriz. Después de almorzar en el excelente Bar Restaurante La Taberna, que debería de figurar en el BRA si tuviera ánimos de actualizarlo un poco más a menudo, pensé que había llegado la hora de buscar algo de frescor (y hasta un baño si era posible) en el cercano Pisuerga. Recordaba yo que en el cruce entre el camino de Santiago y el gran río que pasa por Valladolid había un puente precioso (aún no ensanchado para el paso de dos coches) y unas aguas bastante tranquilas como para bañarse y buscar alguna sombra donde sestear. Pero una cosas son los recuerdos y la ilusión, y otra la cruda realidad, y aunque el puente seguía igual de bonito, el estado de las aguas y de las orillas del río no invitaban al baño. Inasible al desaliento (creo que la expresión correcta es inasequible pero no me gusta nada) eché un vistazo al mapa para ver si más arriba o más abajo del puente había algún pueblo donde seguramente las gentes se bañaran aún en el río, y el primero que vi fue Iteros del Castillo, cuatro o cinco kilómetros aguas arriba. A la tórrida hora del mediodía no había una alma en sus calles, así que abordé a un paisano que andaba aparcando su coche y le pregunté: ¿no habrá por aquí algún lugar donde la gente se bañe en el río? El tipo me miró con cara de preocupación, como si yo estuviera loco, pero una vez que asumió mi extravagancia me respondió que sí, que por la parte baja del pueblo, junto al frontón, había un camino al río donde "antes" se solía bañar la gente. Fui para allá y al principio me metí por el camino (más marcado) que va hacia el norte, pero viendo que me perdía entre choperas volví hacia atrás y probé por el camino que he marcado con líneas amarillas en la siguiente foto de google, y en poco menos de un cuarto de kilómetro dimos con el Pisuerga.


Corría el agua, se veía limpia y había sombra, así que allí nos plantamos. A juzgar por el aspecto de  nuestra orilla y la de enfrente, parecía que hubiera allí un vado, pero si en Julio de un año tan seco como este bajaba con tanto caudal, no sé cuándo se podrá utilizar como tal.


Al principio nos metimos al agua con cierto respeto...,


y no porque estuviera fría, que de eso nada...


 ... sino porque la corriente era bastante fuerte, y hacia abajo había ramas y recodos donde la corriente nos podría arrastrar y darnos un susto...


Poco a poco le fuimos cogiendo confianza al río y gracias a que llevaba zapatillas para andar por el cascajo, fui subiendo corriente arriba viendo que iba ganando en profundidad y mansedumbre. Tan sólo cincuenta metros más arriba cubría algo más de la cintura y se podía nadar tranquilamente. Una pena pues, que el único acceso al río desde Iteros del Castillo fuera justo por la zona de más corriente.

Poco antes de irnos,  cuando nos estábamos dando el último baño en esa zona tan estupenda que mencionaba (y que he marcado con un rectángulo naranja, apareció en bici un grupo de adolescentes que venían a bañarse desde Iteros de la Vega. Por la forma tan despreocupada con que entraron en el agua, para ellos debía de ser habitual, pero a mí me supo como si fueran los primeros en disfrutar de mi descubrimiento. El acceso a esta zona de baño desde la margen derecha del río es mucho más amplia y cómoda que desde la zona de Iteros del Castillo, así que si os toca ir por allí, ya lo sabéis.

Por cierto, la fina línea verde que se ve en la foto aérea de Google Earth señala el límite entre la provincia de Palencia (a la izquierda) y la de Burgos, a la derecha. O sea, que los dos Iteros se juntan en el río (!).