martes, 31 de marzo de 2015

179. ERMITA DE SAN BARTOLOME DE NESTARES. 1347 m. (12,6k, 478+). LA RIOJA



Tenía cierto recelo a esta subida porque transcurre toda ella por pista o camino y se regresa por el mismo itinerario de la subida, así que hasta llegué a pensar en hacerla trotando en una de las primeras tardes cálidas de este mes de marzo del 2015 porque tiene un perfil muy suave (6,3 km de longitud para 478+). La primera parte la recorrí hace un mes después de las grandes nevadas de febrero (v Montes 177) y ya conté que la forma en que se gana altura sobre Nestares y se cogen perspectivas sobre el circo de Torrecilla valen la pena; claro que, con tanta nieve, aquel día podía ser bonito hasta un estercolero.

Puestos a subir hasta la ermita, al final lo hicimos andando y con botas de monte temiendo que el repentino deshielo hubiera dejado enfangada la parte superior, cosa que no sucedió (en realidad es una ruta de zapatilla deportiva o de trecking). Eso sí, acertamos a hacerlo en uno de esos días tan bonitos de final de invierno en que el circo de Torrecilla esta perlado de neveros. Y aunque la elección del día es importante, puedo asegurar que en general es un paseo precioso y de lo más recomendable porque el lugar en que está enclavada la ermita es muy especial. A paso ligero (hacía bastante viento y se andaba muy a gusto) subimos en 1h 20 minutos. Bajar no nos llevó más de una hora.


Este de arriba es el itinerario que ofrece google earth en perspectiva. Abajo, el track que nos grabó endomondo con el kilometraje:


Esta vez la nieve no me impidió llegar hasta la plaza del pueblo y aparcar junto a la iglesia (869 m). La salida no tiene pérdida y hasta está marcada con un cartel indicador. La pista tiene tan buen firme que el único temor es que suba mucha gente en coche, pero afortunadamente, en un domingo tan bueno como el de ayer (29mr2015), no nos encontramos ningún coche ni moto. Sólo un vehículo agrícola cuando bajábamos. A la izquierda de la pista, en el momento de salida, el cerro Plandero al que tenemos previsto subir desde Torrecilla en cuanto podamos.


Una vez en el collado (3 kms) hay que tener cuidado en coger a la izquierda el camino a San Bartolomé en vez de irse dando la vuelta hacia el Serradero. Por mucho GPS que llevemos siempre echamos en falta las señales. No sé, parece como que te hacen compañía. A falta de cartel y para que nadie se pierda, Rosalía se puso a indicarlo cuando bajamos:


Una sorpresa muy agradable es que la pista pasa a ser camino y discurre durante casi dos kilómetros por un bosque de robles o quejigos bastante limpio, aunque... justo en el tramo en que hice esta foto no parece ni lo uno ni lo otro.


Cuando se sale del bosque hay una especie de hoya con un pequeño risco enmedio y entramos ya en zona de neveros. Esta vez sí que me han salido en la foto (y el camino como camino)


Un poco más adelante (km 4,8 del track) tuve que volver a mirar el GPS pues sale un camino a la derecha que dan tentaciones de cogerlo porque parece subir directo a la línea de cumbre. Pero mi ruta previa indicaba que era por la izquierda, es decir, por la que casi llanea para bordear una gran masa rocosa. En cuanto se empieza a darle la vuelta ya se ve la ermita sobre los neveros.


La roca que dejamos a la derecha va cogiendo protagonismo y no podemos dejar de hacerle una primera foto al pasar por debajo.


Y luego otra foto, cuando el camino sube, gira a la izquierda y se gana perspectiva:


Una revuelta más y ya estamos en la línea del "collar de perlas"...:


... y en nuestro objetivo:


Más que una ermita parece un refugio y es que en realidad, por delante del pequeño cuerpo religioso hay un porche abierto que va de eso porque tiene una pequeña chimenea para hacer fuego y había hasta leña seca al lado. Todo un detalle. Maravilloso sitio pues para pasar una noche de luna llena aunque el suelo del porche, la verdad, estaba un poco tiznado de las cenizas del hogar y no hay ni un miserable banco para sentarse (...). Como hacía mucho viento y soplaba de suroeste, nosotros nos acomodamos para almorzar en el rinconcito que queda a la derecha del porche. Como tampoco había banco allí me puse a buscar alguna piedra para poner nuestras posaderas a salvo de la humedad y a fe que fue tarea difícil. Allí dejé un par de piedras pequeñajas por si las podéis aprovechar aunque lo cierto es que hubiera querido dejar mejor asiento. Menos mal que las vistas hacia delante son mucho mejores que el banco. Allí abajo se ve Nestares.


Y a la derecha, Torrecilla y el Cerro Plandero. Al fondo se veían Cebollera, el Pico de Urbión y el Cabezo del Santo pero las fotos de la automática no dan para tanto.


Ya en el descenso nos recreamos en un par de fotos con los neveros:



Y como el recorrido no tiene más historia que la felicidad de realizarlo y llegar a buen puerto, pues para acabar, pongo ya la llegada a Nestares con el precioso fondo del farallón de roca que separa el circo de Torrecilla del valle de Rivabellosa.


lunes, 9 de marzo de 2015

178. EL BUEY, 2.029 m y PEÑA NEGRA, 2023 m. (7k 400+). Puerto de Santa Inés.


Peña Negra desde la carretera que sube desde Montenegro al Puerto de Santa Inés

Teníamos un poco abandonada nuestra sierra Cebollera y ha sido gracias a "Macius" del rocódromo Raw Indoor, que se nos ocurriera subir hasta Santa Inés a pasear otro poco con raquetas. Nos llevaba diciendo de ir un día juntos pero con los temporales de nieve de las semanas pasadas no encontrábamos la fecha. Y justo el 7 de marzo de este 2015 en que aprovechando el buen tiempo volvían ellos a la roca de Clavijo, pensé yo que un día tan maravilloso como el que hacía ese sábado no se nos podía escapar. Como muy bien enseña el amigo Jorge García-Dihinx, el monte va íntimamente relacionado con la meteo. Salir al monte no es sólo salir al bosque y las rocas, es empaparse del tiempo metereológico que va a hacer y disfrutar del astro. Y a fe que este día disfrutamos. Como enanos. 


Bueno, la idea inicial era subir al Buey, que es la cota que está en lo alto del bosque que queda a la derecha de esta primera foto en que se ve a Rosalía junto a una pista de esquí que no teníamos ni idea de que existía allí. Por suerte es muy pequeñita y enseguida gozamos del alegre y silencioso caminar por la nieve en el bosque. En principio con las raquetas al hombro, porque aunque la nieve estaba algo dura, la suela de las botas agarraban.


Como en el bosque siempre te puedes perder, debo dar las gracias aquí a quienes han colocado unas cintas de plástico en las ramas de algunos pinos para seguir por la ruta mejor. 


Según ganas altura el bosque clarea y llegando a la venteada cima, la nieve desaparece y enseguida se ve el vértice geodésico del Buey.


Un par de chicas que salieron de nuestra izquierda y llegaron a la vez que nosotros nos hicieron la foto a Rosalía y a mí con el macizo del Urbión detrás.


47 minutillos nada más nos costó subir desde el puerto (1.758 m), y es que son poco más de 2 kms y no llega a 300+ de desnivel. Era pronto, el día espléndido, y hacia la izquierda se veía el lomo que llevaba hasta Peña Negra. No era nuestra intención llegarnos hasta allí y no es afición mía hacer dos cimas un mismo día pero la tentación de perdernos un poco andando por la nieve era insuperable.


Ahí se ve el lomo que lleva hasta Peña Negra. Nosotros seguimos con botas aunque en la parte más baja del recorrido nos hundimos un poco y estuvimos a punto de ponernos las raquetas. Hicimos bien en aguantar con las botas porque el terreno mixto de roca y nieve de la zona de la peña era mejor hacerla con botas. En la siguiente foto, Rosalía llegando al cordal con Montenegro al fondo del valle. 


Zona de rocas llegando a la cima:


Y en lo más alto con unas vistas espectaculares hacia la Demanda (detrás) y todos los montes y sierras habidos y por haber desde el Pirineo hasta los montes vascos, San Millán, Urbión, o la Sierra Cebollera. Entre el Buey y Peña Negra no hay más que kilómetro y medio (yo había calculado dos) y otra media hora de paseo con muy poco desnivel.  


Esta vez estiramos el almuerzo todo el tiempo que pudimos porque se estaba como en el cielo. 

Para el descenso decidimos cambiar de recorrido porque vimos unas huellas de raquetas que bajaban por el bosque directamente hasta una pista que lleva al puerto. Era hora de calzarnos también las raquetas porque la nieve había ablandado bastante. A la izquierda al fondo el Santosonario, y un poco más a la derecha del centro de la foto, el promontorio del Castillo de Vinuesa.


En esta foto se ve bien el cambio de ruta: en vez de volver al Buey que es esa cota del ángulo superior derecha, tiramos por el bosque abajo no sin cierto gusanillo porque la pendiente parecía bastante pronunciada para las raquetas. Esta vez hay que dar las gracias a las huellas de los que habían ido delante. 


Tal y como se ve en el track que pongo al final, hay un momento en que mejor cruzar al lado izquierdo del torrente. Un poco más abajo, aparece al fin el deseado camino blanco, aunque para llegar hasta él hubo que tomar precauciones porque... con raquetas ¡se esquía bastante mal!



Ya solo toca seguir la pista para llegar al puerto mirando de vez en cuando hacia atrás para disfrutar más si cabe de la silueta de Peña Negra, una cima que no teníamos previsto hacer. En el descenso empleamos 55 minutos. Un recorrido sencillo y bellísimo siempre y cuando el día sea tan bueno como el que nos tocó en suerte. 




Pongo el track con el kilometraje aproximado (tardé un poco en ponerlo en marcha, así que haceros a la idea de 7 kms), el perfil (desnivel acumulado, unos 400 metros), y el recorrido sobre el plano en relieve de google earth.