martes, 15 de mayo de 2012

96. OLIVAN (7k 200+)



Muchas son las cosas que tengo que contar en esta entrada, pero vaya por delante una imagen que vale más que mil palabras: la de la increíble belleza del pueblo abandonado de Oliván al caer la tarde del pasado domingo 13 de mayo del 2012.

Bueno, lo primero que tengo que hacer es pedir disculpas a Ignacio y Carmen a quienes les había invitado a hacer este paseo, pero que por problemas de horarios y entendimiento, al final lo hicimos solos. Varias veces he pensado en cómo podría anunciar las excursiones para ir con más gente, porque si ya me gusta compartirlas mediante este blog, mucho más me gustaría hacerlas realidad entre amigos. Cierto que muchas de ellas son paseos improvisados según nos pilla el horario del fin de semana, pero alguna otra que preparo con minuciosidad bien que merecerían un aviso o un mailing previo. Tenemos pensadas más salidas al Camero Viejo y un par de ascensiones en el Pirineo, a la Mesa de los Tres Reyes y al Bisaurín. A ver si logramos dar con la fórmula para quedar.

Dicho esto, pasemos a lo que hoy nos ocupa, la narración de un pequeño paseo o vuelta para conocer Oliván. La verdad es que fue tan maravilloso el descubrimiento de ese pueblo que casi me da miedo contarlo, no sea que se me moleste el ángel que cuida de aquel lugar. Pero como estoy seguro de que los lectores de este blog son gente sensata y educada, voy con ello.


El territorio montañoso que media entre el río Leza y el río Jubera siempre me ha tenido intrigado porque es un laberinto de valles sin cotas características por el que es bastante difícil orientarse. Me lo imagino irrigado por los antiguos senderos entre aldeas sin las pistas actuales y me parece que se ha perdido la ocasión de haber acotado y cuidado un maravilloso paraje natural.

Gracias a Google Earth veo ahora que el laberinto es doble. Por un lado hay unas montañas más grandes y suaves (todo el centro y a la derecha de la imagen de arriba) y por otro, hay un laberinto más pequeño en la cabecera del Jubera (a la izquierda de la imagen). Dejamos ahora el primero y acerco la imagen a este segundo laberinto de vallecitos y lo vemos mucho mejor:


Buena parte de la cabecera del Jubera se encuentra entre dos líneas cumbreras muy características: la que va desde Nido Cuervo hacia Cabi Monteros (línea de puntos azules en la foto de abajo) y que en la actualidad está crucificada de molinillos de viento, y esa otra cumbrera paralela  más a la derecha (línea de puntos verdes) que ofrece una ladera en solana de lo más árida. Pues bien, lo más interesante de ese laberinto es que hubo un tiempo en que estuvo habitado y que ahí siguen  los restos de unas cuantas aldeas y ermitas que he localizado en la siguiente imagen:


A todas ellas se puede llegar por pista para vehículos todo terreno menos a Oliván, por lo que yo las conocía todas, menos Oliván, así que ya iba siendo hora de llegarnos a verla. Un sendero de 1,4 kms que parte del punto señalado como "puente de Oliván" prometía llevarnos hasta ella sin mayor dificultad por lo que pensé regresar subiendo al lomo de la montaña  y bajar hasta la carretera. Así fue como lo pensé inicialmente...



... pero como aún se me hacía corto, pensé que podríamos alargarlo un poco llegándonos hasta la ermita de la Virgen del Rosario en la que se juntan las aguas que vienen de La Santa con las de Ribalmaguillo (seguramente antiguamente se juntarían los senderos y se juntarían allí los aldeanos en las fiestas). Y así quedaría el paseo con la extensión a la ermita:


Y dicho y hecho. El domingo pasado a las cinco de la tarde cogimos el coche, lo aparcamos junto al puente de Oliván, y a eso de las seis iniciamos el paseo. Este es el momento de la salida:


Ya se ve que el sendero va por la izquierda del valle a media ladera, pero lo que no se ve es que a unos doscientos metros del puente se ha hundido y te llevas un susto al verte sobre un precipicio bastante notable. Hay que regresar unos pasos y encaramarse al lomo del monte 


para  retomar algo más adelante la rústica pero perfecta senda que ya sin incidentes nos lleva hasta Oliván disfrutando desde las alturas del serpenteo del río y de la aparición de un nuevo lomo que divide las aguas que bajan desde Santa Marina (derecha) con las que vienen de Oliván (izquierda):



Kilómetro y medio de delicioso sendero y una llegada a la abandonada aldea que nos deja pasmados. Parece como que hubiéramos cambiado de país y que estuviéramos ahora en Inglaterra, esa gente que mima sus ruinas:




Fijaros en esta descarnada casa que muestra aún su viejo horno de pan y mirad cuán limpios de escombros están sus alrededores. Algo mágico pasa en ese pueblo.

Vemos una huerta, nos asomamos y saludamos a un solitario urbanícola que parece haberse echado a la espalda la tarea, no sólo de mantener con vida el lugar sino de dignificar su ruina. Nos quitamos el sombrero ante él. Llevaba una camiseta que también tengo yo, la de una media maratón de La Rioja de hace años, pero a pesar de la afinidad no nos enrollamos mucho. No parece de buena educación molestar a alguien que seguramente se ha ido allí para estar a solas y no hablar con tanto tonto como hay fuera. Le pedimos orientación para ir a la ermita (ya nos avisa de que el camino no es evidente) y para salir del pueblo por arriba, y camino de la primera pasamos al lado de la iglesia, que ésta sí que está completamente hundida y llena de matas, pero mirad que muro tan bonito que lleva hacia ella:


No hice fotos del emplazamiento de la ermita de la Virgen del Rosario porque estaba a contraluz, pero aquí la podemos ver ya en primer plano:


y desde ella, la magnífica perspectiva que ofrece Oliván con el cabezo del Alto Redondo al fondo del todo:


Es una pena que los senderos no sigan agua arriba. La gente que se ha aventurado a subir por ahí parece que lo ha hecho en verano por los lechos secos del río, pero no es plan. ¿No se podrían recuperar aún los viejos senderos? Seguro que los ingenieros de montes y de "medio ambiente" no están por la labor, que prefieren seguir plantando pinos y que prefieren gastarse el dinero en poner por los caminos de más abajo esos tontos indicadores de "anillos del Jubera". Ay.

Regresamos al pueblo y salimos de él monte arriba desde el pajar más alto, tal y como nos había indicado Juan (que así se llama el ángel de la guarda de Oliván). No damos con sendero alguno y nos arañamos un poco con las jaras y alguna que otra zarza oculta entre ellas pero la vista hacia abajo es formidable (de ello da cuenta la foto que encabeza esta entrada) y no tardamos mucho en encontrar la pista que han usado las máquinas para desbrozar los montes de jara y que ya habíamos visto en google earth. Desde ella hicimos una última foto a la ermita, que se ve con dificultad por el contraluz, pero que vale la pena poner también:


Pasado el collado vemos abajo la carretera, vemos los molinillos del lomo Nido Cuervo-Cabi Monteros, y al fondo a la derecha hasta vemos la cumbre de Peñalmonte y más al fondo, Peña Isasa:


Como estrenaba cámara con un buen teleobjetivo, les hice una foto en la que, ay, también sale la central eléctrica de los molinillos y un grupo de antenas de telefonía detrás. En Peña Isasa ya hemos estado (entrada 82), pero en Peñalmonte no, y ese perfil rocoso bien puede valer una excursión:



El recorrido en total fue de 7 kms; el tiempo empleado, 2 horas y 20 minutos, y el desnivel entre el punto de salida y el punto más alto del paso del collado, 200 metros. Y como lo grabé con el Endomondo pues completo la información con el circuito que nos dibujó, que apenas se diferencia del proyectado. Sólo en la llegada a la ermita tuvimos alguna dudas, subimos por las rocas (a la izquierda), al no haber dado con el sendero por la maleza, y ya bajamos por el sendero bueno (el de la derecha).