sábado, 27 de octubre de 2012

108 DE NEUCHATEL A VALANGIN (4,5 k 300+)



Neuchatel, Suiza, es una ciudad alargada y desplegada ante su lago. Y si el día es claro (lo que no es habitual) y se ven los Alpes, la vista se nos va por encima del lago hacia el Montblanc, el Jungfrau y la sierra de enorme picos que los circundan. Pero hacia atrás también hay cosillas. Nada menos que las últimas estribaciones del Jura, cuya abrupta orografía ya conocemos de pasar por la autopista de Lyon a Ginebra. En la imagen de Google Earth vemos que justo detrás de Neuchatel se eleva un gran lomo montañoso hacia la derecha por el que no estaría mal andar, pero lo que más llama la atención es ese profundo tajo labrado por las aguas de un pequeño río, el Seyons, que drena el vallecito que está encima. Justo al otro lado de ese tajo hay un pequeño pueblo con un bonito castillo, así que la subida desde Neuchatel a Valangin debe de ser la excursión más inmediata para quien quiera dejar de mirar al lago y adentrarse en el monte. Nuestra hija, que vive allí, nos lo puso como un paseo, pero de eso nada. Es toda una salida montañera y si no, ya vais a ver las fotos. Menos mal que a pesar de la gabardina poco montañera que llevó, Rosalía se puso las botas de monte de su hija.


Pongo lo primero el track que nos grabó el Endomondo aunque, como suele ser habitual cuando se va entre bosques, se perdió muchas veces y hace muchos "rectos". Sea como fuere, el recorrido desde la casa de nuestra hija en Serrieres es de 4,5 kms (3 kms si se hace desde donde comienza el sendero junto al río) y puesto que Neuchatel está a 430 m. y Valangin a 651, el desnivel a superar es de 220 m. aunque como el sendero tiene varios toboganes son bastantes más.

Como digo, es un sendero bastante engañoso, que empieza como un paseo dominguero por un ancho camino.


Pero como el cañón del Seyon se estrecha pronto, el sendero sube con fuerte pendiente hacia la derecha hasta situarse junto a unos pasos rocosos muy bonitos...


...que al principio son anchos pero que poco a poco empiezan a estrecharse y adquirir verdadero carácter de montaña. La gabardina de Rosalía es lo que desentona un poco.



A mitad de recorrido la ladera hacia el río se va poniendo tan pendiente que encontramos hasta un paso completamente construido sobre un muro de piedra.


Da uno en pensar que el camino hubiera podido ser antiguamente mucho más útil que ahora, pero no hay razón para suponer que el paso entre Neuchatel y Valangin se hubiera hecho de modo habitual por esta ladera cuando la carretera que va por el fondo del barranco lo desmiente categóricamente enviándonos el atronador ruido de su tráfico rodado. Por si no fuera poco, a partir de este paso el sendero se adentra en el bosque y se hace casi mínimo, por lo que es claro que su trazado actual (no muy bien señalizado a veces...) es claramente turístico.


Para dar una idea más geográfica de por donde vamos, pongo esta otra perspectiva de Google Earth.


Cuando te empiezan ya a entrar ganas de llegar a Valangin, cruzas una carretera y el sendero sube y baja varias veces hasta que comienza un descenso por un sendero muy estrecho y con un talud a nuestra izquierda que quita el hipo. Había que bajarlo con cuidado porque el suelo estaba muy resbaladizo por la lluvia y la hojarasca.



Finalmente se llega hasta el cauce del río Seyons, se cruza y llegamos a Valangin. Paro el Endomondo y dice que lo hemos hecho en 1 hora y 34 minutos.


Pero aún queda subir al pueblo y al castillo que se ve allí al fondo a la izquierda. Y aunque eso es ya un paseo urbano pongo unas pocas fotos porque el pueblo es tan bonito que se las merece (¡cuando la arquitectura es como dios manda puede ponerse en un blog llamado "montes y arquitectura" que nació, cabe recordar, para olvidarse de la mala arquitectura de nuestro tiempo):





Tras almorzar en Valangin nos planteamos que no tiene mucho sentido volver por donde habíamos subido, y además da mucha pereza. Mejor coger el autobús que pasa cada media hora por la plaza del pueblo y bajar hasta el centro de Neuchatel para rematar la excursión con un paseo de otros tres o cuatro kilómetros por el lago. Recorrido que Endomondo y Google nos vuelve a mostrar con toda precisión...:




...y al que nosotros ponemos nuestras fotos. Primero, el perfil del centro de Neuchatel que dejamos atrás:


Como pasamos por la actual salida de las aguas del Seyon al lago (antiguamente desembocaba mucho más a la derecha, justo donde ahora esta el centro de la ciudad), también le hacemos una foto pues ha sido nuestro compañero durante la mañana:


Yendo hacia Serrier, el sendero se hace más rústico y pasa por una playita muy agradable:


Si os fijáis en el recorrido de Google veréis que al final llegamos a Serrier subiendo por otro pequeño barranco. No hice fotos pero es un tramo muy singular pues allí está la antigua fábrica de los chocolates Suchard formando un conglomerado de edificios y puentes muy pintoresco aunque algo difícil de fotografiar.

Excursión realizada el 12 de octubre del 2012, día del Pilar.


jueves, 18 de octubre de 2012

107. CASTILLO DE VIGUERA, 1.049 m (8k 400+) Panzares. La Rioja



Como Rosalía se había quedado este verano con ganas de haber trepado al Mithicas del Olimpo, el primer monte que se me ocurrió programar de vuelta a casa fue el Castillo de Viguera, que según todas las narraciones incluye un pequeño tramo de trepada que a buen seguro le iba a dar un poco de emoción a la cosa. El itinerario que hicimos es el número 5 del librito TIERRA DE CAMEROS de Rufo Ganuza y Alicia Saénz de Acedo, que está bien para hacerse una idea pero cuyas indicaciones de detalle no valen para mucho. Desde luego, parece mucho más interesante abordar desde Panzares este formidable castillo de la naturaleza, que no hacerlo desde Viguera. Pero lo cierto es que el sendero está bastante sucio en varias zonas del primer tramo y es muy fácil perderlo en el segundo, así que la calificación de "exclusiva" que le dan al recorrido lo veo yo más en sentido negativo que positivo. Pero en fin, como es una ascensión corta y fuimos lo suficiente prevenidos como para ponernos pantalones largos, no hubo mayor problema. Eso sí, si lo limpiaran y marcaran un poco mejor, sería una excursión de diez.

Para hacernos una primera idea del itinerario, veamos nuestro gpx sobre Google Earth en relieve:


El recorrido se inicia cerca de Panzares. Antes de llegar a los bares de la carretera, viniendo de Logroño, hay un pequeño camino en el que hay un par de sitios para aparcar, aunque para entrar al mismo si venimos de Logroño, es mejor ir hasta el parking de los bares a dar la vuelta. Una vez aparcado el coche nos ponemos en marcha y me sale una foto algo borrosa, pero suficiente para hacernos una idea.


El camino baja a la derecha y cruza el Iregua por un puente sin protecciones laterales que no vale la pena pasar con el coche.


Pasado el puente se gira a la izquierda y se va junto al río un buen trecho. Es un paseo precioso del que daré cuenta en la bajada. La cerca de una granja nos obligará al fondo del camino a girar ciento ochenta grados. Pongo aquí el croquis en planta del Endomondo con el kilometraje para dejarme de más explicaciones:


En los zig zags que siguen pasado el primer kilómetro, un montañero ejemplar ha puesto en algunas matas unos trocitos de plástico que se agradecen un montón, porque en algunos momentos te sientes bastante perdido. Están ya en las últimas y nos hubiera gustado seguir el ejemplo y reponerlos, pero no íbamos preparados para ello, así que animamos a quienes usen este relato para hacerlo. He aquí un ejemplo (tenéis que ampliar la foto para encontrar el trocito de plástico blanco):


Pasados los primeros zig zags, los plásticos te llevan por una empinada ladera que acaba en una gran encina,   lo que también es de agradecer porque te quitas la revuelta del sendero que se ve en el imaginario itinerario de endomondo. Es muy evidente pero por si acaso también hice una foto en la bajada de ese tramo:


En llegando a la encina grande y solitaria que remata esa empinada ladera, ya se empieza a disfrutar de la proximidad de las paredes del castillo y de las enormes cuevas donde anidan numerosas bandadas de buitres.


Y mirando mirando a las rocas..., pues lo más fácil es volver a perder el sendero. El terreno no es complicado pero siempre te fastidia que no esté un poco mejor marcado. Nosotros nos fuimos por un sendero que iba prácticamente a cota, por lo que en vez de salir al collado desde el que se ataca la cumbre, salimos a la farragosa zona de ganadería y vallas que queda más a la derecha. Pongo ahora la otra vista de nuestro gpx y marco en amarillo el verdadero sendero que lleva al collado (por el que bajamos):


Sea como fuere, una vez en el collado y en el camino que viene de Viguera tenemos por delante la parte más interesante de la subida. Tras ascender unos doscientos metros por el lomo de la ladera aparece a nuestra vista el pequeño escollo de la trepada:


Jopé, te dices, eso no se ve muy claro... ¿Por dónde se sube? ¿habrá marcas en la roca? Pues no, ni una. La  aventura no es la trepada en sí sino el descubrimiento del paso. En principio es evidente que hay que trepar por entre los matorrales y allá voy yo. De esa forma le hago a Rosalía esta foto tan bonita:


Vuelves a mirar hacia arriba y... ¿ein? el espolón que queda a la izquierda parece muy arriesgado para nuestras posibilidades y la zona de la derecha tiene pinta de resbaladiza. Ahora es Rosalía la que se lanza y nos saca de dudas:


La cosa es trepar ese poquito de canal y luego salir a la derecha por entre las cornisas redondeadas con cuidado de no caerse. No es ninguna hazaña pero a falta de costumbre siempre da su cosilla. Fijaros que hasta la cámara se asustó y le salió borrosa la siguiente foto.


Superado el escollo sólo queda un paseo hasta la cumbre y gozar de las increíbles perspectivas que proporciona este lugar.



Yo también quería salir junto al buzón de la cima, aunque no sea más que para el currículum:


El panorama que ofrecen desde arriba las peñas de Islallana es realmente fabuloso:


Y haciendo uso del pequeño teleobjetivo de mi digital, le hago también una preciosa foto a la ermita de San Esteban construida sin tejado al abrigo de las rocas de Castañares de las Cuevas, justo al otro lado del valle del Iregua.


Con despistes y dudas, nuestro tiempo de ascensión es poco más o menos el que decía el librito: 1 hora y 33 minutos para tres kilómetros y pico y unos 400 metros de desnivel.

En el descenso (1 hora y diez minutos) puse un cahir en el punto en que nos perdimos al tomar el sendero algo más largo de abajo en vez del directo al collado. Si os ayuda en ese cruce que aquí parece evidente pero allí no, me alegrará un montón:


Y acabo con lo prometido al principio, una foto del Iregua en el tramo de camino que discurre junto a él.


Excursión realizada el domingo 7 de octubre del 2012.