Esta entrada tiene más de investigación paisajística, histórica o etnográfica que de aventura deportiva, pero espero que no decepcione a los muchos seguidores de este blog y que sigan también mis consejos para descubrir dos maravillosos lugares de esta parte alta de la provincia de Burgos lindando con Santander. El cerro de Bricia es aquella pequeña cota que se ve al fondo del páramo de Bricia (a la izquierda de la foto) subiendo por la vieja carretera de Burgos a Santander poco antes del puerto de Carrales. Como todos los puntos más altos nos acaban atrayendo como allí acabamos subiendo pero como la ascensión es muy corta, antes voy a dejar contado otro pequeño paseo desde el que, precisamente, hicimos esta foto: de Orbaneja del Castillo a "los chozos".
Orbaneja del Castillo es un pueblo metido en las hoces del Ebro que por tener una bonita cascada en medio del caserío y unas excepcionales peñas encima de los cortados, estaba petado de gente el día 1 de mayo. Mi colega se puso tan nerviosa con lo que cariñosamente llamamos el "turismo interior bruto" que tiró para arriba por la primera calle que prometía un sendero para huir del jaleo.
Y ya veis que en cuanto dimos cuatro pasos, la belleza del lugar volvió a su normalidad aunque..., desde lo alto de los riscos aún se oía el jaleo que armaba la gente.
Ahora bien, nada más que hubimos llegado al borde norte de la hoz se abrió ante nosotros la magnífica amplitud del páramo de Bricia que no podía ofrece mayor contraste en paisaje y soledad.
Algo había visto yo de los chozos de este páramo aunque no sabía muy bien a qué distancia se encontraban de Orbaneja, pero el camino era tan bonito que no me hubiera importado andar y andar por él todo lo que fuera necesario.
Para compensar lo corto del recorrido pongo las fotos del regreso, porque si magnífico fue encontrar el desolado páramo huyendo del ajetrero turístico del pueblo, no menos sorprendente será siempre asomarse a Orbaneja viniendo del Páramo:
Las caprichosas formas de las peñas dan para mil y una foto bonita:
Vamos con la segunda parte de esta historia, que aunque tiene más aspecto montañero lo que realmente impresiona es saber la triste historia del largo y terrible año en que este lugar fue línea de frente durante la guerra civil.
Por lo que escuchamos y leímos esos días, las tropas republicanas (o más bien los rojos, como aún dicen los lugareños) instalaron en el cerro de Bricia una posición destacada de ametralladoras y a todo lo que se movía durante el día en el pequeño pueblo llamado Barrio de Bricia lo achicharraban desde arriba. El campanario de la iglesia exhibe las huellas de no pocos tiros de un lado o de otro del frente. Aparcamos justo debajo de la iglesia y desde allí empezamos nuestro "ataque" a la cumbre sin otros enemigos que los hierbajos que cierran la primera parte del evidente camino y los brezos de la última parte, y sin otras amenazas que las veíamos en las grises nubes que prometían lluvia.
En el plano deportivo tampoco podemos anotarnos más que 3 kms de ida y vuelta y los 180+ que marca de desnivel entre la iglesia, 1.073 m, y la cima 1.246 m.
Este es el momento en que se acaba el camino de aproximación y se ataca la corta pendiente.
Rosalía un poco retrasada (algo inhabitual en ella...) porque para sortear la barrera de brezos había intentado sin éxito irse hacia el Este (la izquierda desde donde tomo la foto) buscando un sendero.
La barrera rocosa de la cima parece mucho más fiera desde abajo que al llegar a ella (juegos de escala que nos hacen siempre las montañas). Hacia la mitad de la pequeña pared tiene un paso que se franquea sin tan siquiera apoyar las manos.
Aunque la ascensión no era para echar cohetes tampoco era cosa de desdeñar la foto de la cima.
Ni... dejar de asomarse desde ella hacia el norte para ver el siguiente cerro en dirección a Santander, que recibe el nombre del pueblo que tiene debajo, "de Quintanilla", y que es un poco más alto que el de Bricia.
Otra foto de la cumbre poco antes de iniciar el descenso por el pequeño sendero que franquea el muro.
Ultima imagen de tan pequeño pero significativo cerro.
Y una foto llegando a Barrio de Bricia hecha desde un prado lateral por el que tuvimos que pasar ya que el camino, que va entre las matas de la derecha, lo encontramos intransitable. Venga, ¡ánimo ayuntamiento! y a hacer una pequeña limpieza, que el lugar se lo merece.
Excursiones (o paseos) realizados el 1 y 3 de mayo del 2015.