sábado, 10 de mayo de 2008

18. PEÑA TELERA, 2.762 m (8K 1.150+) Ibon de Piedrafita





Me hace mucha ilusión recordar esta vieja ascensión porque fue la primera vez que me puse grampones y piolet y porque se la debo a la buena práctica que tenía el Club Alpino Ganguren de Galdácano de organizar salidas colectivas a montañas importantes del Pirineo en las que montañeros expertos del club daban apoyo a los que éramos principiantes.

La hicimos a primeros de Junio de 1981 y por coincidir con fechas de exámenes no pudo acompañarme en ella mi habitual compañera de fatigas.

Yo no tenía mucha idea de la montaña a la que íbamos, así que cuando la contemplé al llegar al Ibón de Piedrafita, a la caída de la tarde del sábado (fotos de arriba), me quedé impresionado. En la foto primera se ve la canal de nieve por la que alcanzaríamos el primer collado y en la segunda, justo tomada a la derecha de la anterior, la oscura e impresionante pared norte de la peña. Instalamos las tiendas de campaña cerca del Ibón y recuerdo que pasé muy mala noche fantaseando con las dificultades y misterios de tan grandiosa montaña.

Nos levantamos aún de noche y empezamos a subir con la claridad del alba. No apunté los tiempos pero debimos de tardar algo más de dos horas en llegar hasta la canal de nieve y subir por ella hasta el collado. Mi amigo Chuchi me hizo estas dos estupendas fotos encabezando el grupo en la subida de la canal. Y la verdad es que disfruté mucho con mi primera experiencia de grampones y piolet alquilados en el club. Me sentí muy fuerte y seguro.




En el collado tomamos unas naranjas y unos frutos secos para reponer fuerzas mientras admirábamos la impresionante proa de la Peña Telera (llamada en el plano Forca de Cabichirizas) y los montañeros avezados decidían si nos llevaban por la pared (a la derecha) o dando la vuelta por detrás de la peña (por la izquierda). Los neveros de la vía directa no parecían muy seguros y aunque llevaban un par de cuerdas para asegurarnos, creo que al ser tantos en el grupo optaron por dar la vuelta por el largo y pedregoso terreno de atrás, es decir, por la loma de Peña Parda (en última foto que tengo, tomada en el descenso, puede verse lo árido de la ruta). La ascensión por esa parte la recuerdo larga y dura, pero a la vista de lo que se ve en la parte derecha de la “proa”, supongo que la debí aprobar con ganas.


La cima compensó con creces el esfuerzo. Nunca hasta entonces había subido tan alto por mis propios medios (y con los de la nueva técnica de grampones/piolet) ni me había sentido tan montañero. En el último tramo de la ascensión recuerdo las dudas de ponerse y quitarse grampones ante los pequeños neveros o canales a cruzar, como también recuerdo las historias que contaban los expertos de que por no ponérselos y resbalar por ellos, algunos habían acabado estrellados contra los pedruscos en que desembocaban… En esta foto mal pasada se nos ve en una de las últimas tareas de quita y pon poco antes de llegar a la cumbre.



Y estas tres fotos son ya de la cima: en la primera, tomada hacia el SurOeste, se ve al fondo la peña Oroel:


En la segunda, tomada hacia el Oeste, las vecinas cumbres de la Sierra de la Partacua a la que pertenece la Peña Telera (yo creí que se llamaba Sierra Tendenera, pero en el último mapa que tengo dice Partacúa y así será):


Y en la tercera, tomada hacia el Norte se ve el embalse de Lanuza con Sallent de Gállego detrás y por encima de todo el Balaitous, primer tres mil de los Pirineos empezando por el Oeste. También se puede ver en esa tercera foto que el suelo de nuestra cima estaba todavía bien nevado.


Y esta es la foto del descenso que antes decía:


Recuerdo que para cuando bajamos la canal la nieve ya se había ablandado y no fue necesario usar los grampones. Y también recuerdo que al llegar al campamento base a eso de la hora de comer, hasta nos dimos un rápido chapuzón en las heladas aguas del Ibón.

Una maravilla de montaña y de excursión iniciática.