lunes, 1 de febrero de 2016

195. LA BOTADURA DEL KAYAK AMARILLO



Los Reyes Magos tuvieron que anticipar un poco su regalo del 2016 porque una ocasión como la de botar el kayak en el incomparable marco del Ebro a su paso por Logroño, rodeado de los amigos del Club Mansilla de piragüismo, y con toda mi familia aplaudiendo, no se podía desperdiciar. Hasta hubo prensa gráfica y de la mejor, como vamos a poder ver.

En el deporte del kayak uno de los puntos más temidos es su traslado en el coche. Quien tenga miedo a ello que se lo guarde porque no puede ser más sencillo de montar y el kayak sobre la baca es como un alerón que hace al coche más estable.


Con tanta ilusión por su botadura (y porque uno es puntual por naturaleza...) llegamos los primeros al embarcadero y en ese momento llegó también (puntual que es él) el gran fotógrafo del periódico La Rioja Justo Rodríguez, que me hizo una de las fotos más bonitas que pueda tener uno de un momento así:


Aquí le podemos ver grabando el momento en que Rosalía y yo llevábamos el kayak al Ebro, y digo grabando porque según nos dijo en ese momento el encargo que le habían hecho en el periódico no era de fotos sino de un vídeo.


¿Quieren ver el vídeo? No les voy a hacer esperar. Es una preciosidad, y con música de concierto de Año Nuevo como no podía ser de otro modo. Gracias Justo por el regalo:




Pero aparte de las fotos y el vídeo de Justo Rodríguez, cada miembro de mi familia llevó una cámara de fotos o un móvil, por lo que la botadura del kayak amarillo se convirtió en uno de mis eventos deportivos más fotografiados y les podría contar cada detalle segundo a segundo. Les resumiré un poco para no ponerme pesado. Bien, este es el momento irrepetible de su primera toma de contacto con el agua:


Aplauso y celebración:


A continuación el momento más difícil de toda travesía invernal en kayak: montarse en él sin caerse al agua (en verano da lo mismo...):


Mientras me pongo el cubrebañera hago una prueba de su estabilidad levantando un murmullo entre el público...¡uyyyyyy! con eso no se juega, ja ja.


Hasta que fue llegando el resto de los compas tuve tiempo de ir probando y saludando:


Cuando llegó Enrique y me vio con mi nuevo chisme, lo celebró haciéndome un primer plano. Gracias Enrique. Preciosa foto en la que al fondo se ve también a Justo y a mi público.


Ya sólo quedaba hacer grupillo, felicitarse el año nuevo y palear suavemente como... si estuviéramos oyendo los valses del vídeo:


Ese kayak verde me suena que ya ha salido en este blog. Y el azulito también!



Como dice Carlitos Alvarez, pasar por debajo de los puentes te convierte automáticamente en uno de los ciudadanos más privilegiados de la ciudad.



Con el estiaje invernal palear hacia aguas arriba fue tan sencillo como hacerlo hacia abajo:


En el vídeo se oyen tocar hasta las campanas de las iglesias. Lo único que le falta a esta foto:


Qué de encuadres tan bonitos proporciona este deporte, verdad?



En el momento de la salida y con toda la alegría acumulada procedimos al estreno del mono de neopreno... ja ja ja. Esto mejor se lo cuento con un gift que han hecho los de google con las fotos de Rosalía (magias de la tecnología):


¡El agua está estupenda! ¡Nada de frío! ¡Tres veces hurra!


Ya no quedaba más que recoger la embarcación...:


Y tomar un vermut con los amigos del Club Triatlon que habían organizado el evento. Gente estupenda que hizo posible este gran día.