lunes, 20 de enero de 2014

139. LOS RIOS AL OESTE DE SIERRA NEVADA DEL COCUY



Cuando estuve en Oregón me enamoré de sus ríos. Y de los ríos en general. Creo que dije en algún post de este blog que eran como las grandes calles de esos edificios que son las montañas. Y que valía la pena estudiar sus cuencas, sus afluentes o sus lugares más significativos. Desde entonces he andado yo rumiando la idea de probar a meterme en un kayak para recorrer algún tramo del río que más a mano que tengo, el Ebro, pero en esas sigo. Y mira por dónde (¿quien me lo iba a decir?) que me voy a Colombia de familia y navidad y hago realidad mi sueño (!!!). Eso sí, en un bote de rafting..., pero qué más da. Lo importante es andar por las aguas. Ahí va la historia, o mejor dicho, el amor a los ríos colombianos, que es lo que me interesa, porque la aventura del canotaje (como lo llaman allí) la verdad es que tiene mucho de foto y muy poco de aventura.

El gran río de Colombia es el Magdalena. Por allí entraron los españoles y también me hubiera gustado a mí hacerlo, o al menos, visitarlo, pero no estaba en los planes. Sin embargo, ríos no faltan en Colombia. De las nieves de la Sierra Nevada del Cocuy tenían que bajar grandes ríos hacia el Magdalena pero los libros decían que daban más agua hacia los grandes ríos orientales que van a las selvas amazónicas. Los ríos al Oeste del Cocuy van de Sur a Norte, como el mismísimo Magdalena y los tres que he conocido y que tienen esta dirección, el Chicamocha, el Fonce y el Suárez se juntan para formar el Sogamosa que ya discurre de Este a Oeste hasta desembocar al río Magdalena. Sobre google earth he dibujado el recorrido de los tres ríos y me ha salido este mapa con los puntos más significativos de nuestra estancia allí:


Arriba a la derecha vemos el Cocuy y a continuación vemos el río más famoso de la zona, el Chicamocha. La fama del Chicamocha le viene por el gran cañón y la zona tan árida de montañas que le rodea justo cuando se cruza con la carretera 55 que va de San Gil a Bucaramanga, lo que obliga a la carretera a hacer un descenso de casi mil metros para pasar el río. Antes de empezar el descenso hay ubicado un "Parque Nacional" que es más bien un parque "recreativo" en el que la máxima atracción consiste en coger un telecabina para bajar hasta el río y subir hasta la Mesa de los Santos en el lado de Bucaramanga. La verdad es que me decepcionó un poco porque yo me esperaba algo más angosto o salvaje, pero de todos modos hice unas cuantas fotos del lugar y allá van:

La zona más árida. En la imagen las aguas vienen hacia nosotros.

Telecabina del Parque Nacional a la Mesa de los Santos

Cruce del río desde la cabina del funicular


Vista desde la Mesa de los Santos con la carretera de San Gil a Bucaramanga haciendo grandes zigzags

El Chicamocha aguas abajo hacia su encuentro con el Suárez para hacer el Sogamusa

Aspecto del parque "recreativo" desde su punto más alto

Pero al Chicamocha solo fuimos a verlo. El río que teníamos debajo de Barichara, el pueblo donde estuvimos, era el Suárez y aunque no he conseguido saber a ciencia cierta si su nombre se lo debe al conquistador Gonzalo Suarez Rendón, fundador de Tunja, desde el primer momento me atrajo la belleza de su gran valle con la Sierra de los Cobardes al otro lado y le hice algunas fotos. Pongo solo tres, una para dar una visión general del valle:


Otra con el teleobjetivo para ver sus bravas aguas:


Y una tercera (by Teresa) hecha en un atardecer:


Bueno, y para hacernos una idea del punto desde están hechas estas tres fotos, otra del pueblo de Barichara  al borde mismo del barranco hacia el Suarez.


Entre el Chichamocha y el Suárez tenemos al tercer río de este post, el Fonce, que también va de Sur a Norte hasta que llega a San Gil, y gira entonces a Oeste para desembocar en el Suárez. Es decir, que las aguas que se ven desde Barichara ya llevan los dos ríos juntos. 

Yo creía que era un río más bien pequeño pero cuando me acerqué a verlo el día de Navidad me quedé bastante impresionado de la fuerza y cantidad de sus aguas. Aquí las dos fotos que hice desde uno de los puentes de San Gil:



Y mira por dónde que iban a ser en estas aguas en las que me bautizara como remero, aunque un poco más arriba y en una zona algo más tranquila. Vamos con las fotos. 

Aquí el momento en que montamos en el bote en la confluencia con otro río más pequeño. Todo muy tranquilo:


Los paisajes vistos desde el agua eran maravillosos pero mi cámara por el momento no es waterproof, así que nos tendremos que conformar con las que nos tomaban desde las orillas. 


Claro que no todo fue contemplación, como yo esperaba. Delante llevábamos otro bote que al entrar en uno de los rápidos... mirad lo que les pasó:





Los siguientes éramos nosotros y... de ahí la cara de preocupación que se me veía en la foto que he puesto arriba para abrir este post (!)


Allá vamos !!!!


Los del lado izquierdo se ríen mucho, je je je, no reman lo suficiente y la barca se cruza, ehhhhh


Y en el siguiente salto....


... hago como que me caigo al agua, ja ja ja. porque con el pie derecho seguía sujeto a la cinta de seguridad y pude reincorporame, eleeee, sin perder ni el remo. Eso sí, la barca se puso de cara a la corriente, se quedó parada y empezó a entrar tanta agua por la proa que pensé que aún iba a ser peor la solución que el remedio. 


Pero que nadie se preocupe que todo es medio broma para principiantes. El agua estaba muy buena de temperatura y en el remanso siguiente el guía nos tiró a todos al río. 

O sea, que en esto de andar por los ríos, ya nos hemos bautizado también. Y digo "nos" porque aunque Elena (en popa junto al guía) ya había andado por estos pagos, conmigo también probaron las aguas Rosalía (detrás mío) y Teresa (la segunda del lado izquierdo). Jueves, 2 enero 2014.