jueves, 15 de septiembre de 2011

76. SPENCER BUTTE 630 m. (10k 500+) Eugene, Oregon, USA

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A los montes pequeñitos aún subimos. Sobre todo si están junto a la ciudad a que has llegado y prometen buenas vistas. Ese fue el caso del Spencer Butte (paréntesis: eso de Butte tuve que buscarlo en el diccionario porque a todas las cotas de tamaño intermedio les llamaban en los mapas "buttes". Decía no sé si la wiki u otro lugar en que miré, que butte es palabra de origen francés y que con ella designan en norteamérica a las cimas planas. No me convenció la explicación porque ni ésta ni otras que venían en el mapa con la misma denominación tenían nada de planas, pero en fin, sea "butte"), subimos al Spencer Butte, decía, que es ese montecito de cabeza redondeada que se ve al fondo de esta foto de arriba. Lo vimos nada más llegar desde otro mirador más pequeño situado al norte de la ciudad, y al día siguiente, tras echar una ojeada a los mapas y al google, nos pusimos en camino.


Los montes y bosques de Oregón son tan tupidos que cuando andas por ellos no ves nada en absoluto. Bueno sí, bosque, y hermosísimo. A cambio, tienen unos senderos magníficos y muy bien señalizados. Salimos desde la calle Martin donde acaba la parte urbana del Amazon Creek y el tal arroyo se hace montañero, y en media hora alcanzamos la Hollow Road. Cruzamos la carretera y descendimos por ella unos cien metros hasta encontrar otro sendero metido en el bosque, que tras 50 minutos más de suave ascensión nos llevó a la cima, único momento en que el bosque se abrió y pudimos ver paisaje.


Desorientados como estábamos por tanto andar metidos en el bosque, al llegar a la cima no sabía muy bien por donde quedaba Eugene, y cuando lo adiviné, ayyy, me encontré con eso tan habitual de que los árboles no dejan ver la ciudad, o la dejan ver muy poco.


Ya me parecía a mí por la primera foto que la cima no era tan calva como la pintaba Google Earth. Yo me hice la foto..., mejor dicho, Rosalía me hizo la tradicional foto en la cima, con las montañas que separan el valle del Willamette del Océano Pacífico como telón de fondo, o sea hacia el Noroeste:


De regreso a casa, estaba deseoso de descargar el itinerario del GPS para ver por donde diablos habíamos subido y bajado. Y estas son las dos imágenes que obtuve. Mucho más explicativas que mi texto y mucho más claras de la relación entre la pequeña montaña y la ciudad.  Así es el amigo google. ¡Qué haríamos sin él!




.A nivel técnico decir que entre los feets del mapa y los metros de mi GPS me hice un lío y no sabría decir muy bien cual fue el desnivel subido. El Spencer tiene 2.065 pies y Eugene está a 131 metros sobre el nivel del mar. Así que ale, a calcular... (y como con google es fácil, pues 630 m, lo que hace un desnivel de 500+ para unos 5km de ida y otros 5 de vuelta).
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miércoles, 7 de septiembre de 2011

75. RIO UMPQUA. Oregón, USA


Cómo no me había dado cuenta antes. A este blog que me inventé cambiando edificios por montes, le faltaba el remedo de las calles, y mira por donde que este verano he "descubierto", cómo no, que... ¡son los ríos!, ah, esas largas y variadas avenidas que  reciben vida de los montes y les dan acceso; o esas pintorescas y retorcidas calzadas que cruzan los enormes solares de páramos y llanos en los que nacen pueblos, ciudades, puentes y puertos.

De un tiempo a esta parte cuando miramos los mapas no vemos en ellos más que las carreteras, esas líneas rojas verdes o amarillas que forman tejidos de recorridos en coche. Fuera del tejido aparecen de vez en cuando los nombres de nuestros montes queridos, y en los encuentros de los hilos de colores, pueblos y ciudades de todo tipo y tamaño. Pues bien, hay que agudizar la vista para encontrar y seguir unos débiles hilillos azules y dar, de tanto en tanto, con el nombre de los mismos. Los ríos. Tiene narices tratar así a las calles de la tierra. No me había dado cuenta hasta ahora de tamaño entuerto. Y, claro está, como caballero andante que soy,  no me queda otra que desfacerlo: a hablar aquí de ríos tanto como de montes; a pararse junto a ellos y a contemplarlos, igual que a las cumbres. Y a echarles una foto de vez en cuando para no perderlos ya nunca de vista.

Conste que ya hablé una vez de los ríos por aquí, pero poco. Fue en el viejo LHD con motivo de un patrón de Alexander, COMER JUNTO AL RIO. Momento ideal ese de la comida (o mejor el de la digestión), para empezar a explorar la inmensa belleza y riqueza geográfica que poseen los ríos, y que, mira por donde, estaba ahí, a un palmo de nuestras narices, escondida por debajo de la malla de carreteras.

Ahora que es tiempo de contar a los amigos las maravillas de nuestros viajes de verano, cuando me preguntan por Oregón en estos días de septiembre no me quedo contento si además de ciudades, bosques, montes o gentes, no menciono la belleza de sus ríos, así que la ocasión la pintan calva.

Y entre las muchas opciones que se me ocurren voy a empezar  por un frugal almuerzo en Steamboat, un lodge al borde del río Umpqa, carretera al Crater Lake el 3 de agosto de este 2011. Poco antes de entrar al bar nos acercamos al borde del río y como me había dejado la cámara en el coche, tuve que tirar de mi teléfono móvil para no olvidar ya nunca esa maravilla de imagen que he puesto arriba, en la que si la ampliáis, hasta podréis encontrar a un pescador en el agua.

Supongo que la pesca es al río como el relato de las ascensiones son a los montes. Mi padre fue pescador de truchas y la técnica que más le gustaba es la mosca, es decir, la que se practica mayormente metido dentro del cauce del río. Ahora que lo pienso, fue una pena no heredar también esa afición y quedarme tan sólo con la de ir al monte. Ultimamente se ha puesto muy de moda ese otro deporte-tenderete de los raftings, que aún me tienta menos que la pesca. Me conformaré con los almuerzos en las orillas, aunque... si cabe el bañarse en sus aguas, ¡ese será ya otro cantar!.

Hecho el descubrimiento, la contemplación, la foto y la digestión, ya en casa redescubro que las enciclopedias normales y la wikipedia mediática tienen páginas estupendas dedicadas a los ríos, y me pongo a hojearlas. Traen mapas (al fin) en los que los ríos lo son todo, y de las carreteras, montes o ciudades de los habituales, apenas quedan unas mínimas referencias. Tampoco es eso, hombre. Me he permitido poner el punto en el que almorzamos e hice la foto de arriba, Steamboat para que quede así marcado como el lugar de nuestro descubrimiento y conquista del Umpqua.



Y para saber mucho más del UMPQUA RIVER y gozar de la sabiduría que regala internet (felices tiempos estos), pues dejo aquí el link a la wiki.

(Como la foto de arriba es ampliable, tenemos nuevo fondo de pantalla para un mes).