miércoles, 28 de agosto de 2013

130. EL SALTO DE SALLENT DE GÁLLEGO. HUESCA



Ultimo lugar que visitamos en la semana de vacaciones de Huesca con el equipaje ya en el coche y mi cadera dolorida por el descenso alocado de los Ibones Azules. La guía de Pramés/Federación aragonesa de Montañismo decía que ir al Salto del río Aguas Limpias desde Sallent cuesta una hora, pero viendo el plano pensé que no podía ser, y en efecto, aun renqueando de una pierna solo nos costó media hora en subir hasta allí.


La salidilla tuvo también su chanza lingüstica porque los filólogos arachoneses explican en la guía que "el nombre de Sallent parece provenir de este salto o cascada situada justo encima del pueblo, ya que en aragonés "sallán", "sellán", "sallén" significan precisamente eso". Consecuencia de tan sesuda infestigación es que Sallent de Gállego se ha quedado en el mapa sin la t final, si bien su "Salto" sigue llamándose Salto y no "O Saldo" como en Escarrilla. Marafillas de la efolución lingüistica. Como el cartel andaba viejo y lo mismo el año que viene se llama "sollén", yo me paré a hacer una foto y mi socia me pilló con la risa puesta.


Por lo que al camino respecta, pocos misterios. Y es que poniendo las indicaciones en castellano viejo, así cualquiera. Se sale del mismo pueblo en la margen derecha del río Aguas Limpias (que para la guía y en aragonés se dice Augua Lempeda, toma ya, aunque esto no lo vimos por ningún sitio) se pasa por el Polideportivo (que el año que viene podría ser Polidepordivo, por lo de la t a d y porque del deporte sale mucho divo) y se siguen los carteles que dicen El Salto. Cierto que hay algún cruce de caminos donde falta cartel y hay que usar la intuición (a unos que subían cuando bajábamos les falló ja ja ja) pero perderse en tan corto camino hasta puede tener su gracia.



Es un sendero mayormente umbrío e ideal para hacerlo en verano. En su último tramo zigzagea, se hace interesante y sube y baja agarrándose a las raíces de los árboles hasta que finalmente aparece el salto de agua sobre un bonito zócalo ruinoso de grandes piedras (ver foto de arriba o de presentación).


Una vez allí es una gozada entretenerse mirando los detalles decorativos del lugar. Esa planta rojiza, ese árbol caído de la parte de arriba de la cascada...


... o esa zona inferior tan viscosa, fruto de la erosión del agua.


No suele ser fácil el recogimiento y la contemplación, porque siendo un lugar tan accesible no para de llegar gente ruidosa, pero como no por eso iba a perder el buen humor, les hice una foto al bajar como parte del paisaje:


E igualmente, en el corto descenso me entretuve en mirar a uno y otro lado (es lo que tiene ir cojeando) para seguir coleccionando muestras de cultura popular. La doble puerta de somieres creo que no la tenía.



Entretenimientos aparte, lo más atractivo de cualquier paseo por el Pirineo es mirar hacia arriba, y en este sendero al Salto de Sallent, la vista no paraba de irse a esa magnífica torre de piedra que es la Foratata.


Acabamos la semana en Sallent igual que la empezamos, tomando una cerveza y preguntándonos cuál sería el nombre de ese pico que se ve desde sus calles y que cierra las vistas hacia arriba.


Preguntamos a dos o tres personas que dijeron ser de allí, y ninguno lo sabía. Ay, tendría que haber preguntado a alguien que no fuera de allí, porque lo normal es que la gente que vive en el monte no suele tener mucho interés por el monte, ja ja ja.

Mi socia me hizo posar en la terraza del bar del Ayuntamiento (que aquí sigue siendo Ayuntamiento y no CASA DELA BILA como en Benasque, ay ay ay) y aunque me veo muy gordo (es la camiseta ¿eh?) y necesitado de subir a ese monte del fondo para recuperar mi vieja forma física maratoniana, la pongo con gusto como firma de todos estos comentarios tan poco montañeros sobre nuestra semana en el Valle de Tena. Porque lo más sano de todo no es el monte, sino la risa, especialmente si te ríes de ti mismo.


Paseo realizado el 12 de agosto del 2013.


martes, 27 de agosto de 2013

129. IBONES AZULES, (10k 600+). BAÑOS DE PANTICOSA. HUESCA



La semana de montaña en Biescas se acababa y la elección de excursiones a cascadas e ibones parecía ser ya la norma. Nos tentaba hacer un tres mil para rematar, por ejemplo, el Garmo Negro, claro que para subir a un tres mil soy capaz de hacerme un gran viaje por carretera, pero para merodear por los ibones no. Así que entre las dos clásicas excursiones que nos ofrece la zona de Baños de Panticosa, escogí la de los ibones azules, que tampoco es ninguna tontería: unos 10 kilómetros ida y vuelta y algo más de 600 m de desnivel por terreno áspero.

La foto de google earth está tomada a principios de verano por lo que no se ven los ibones altos, pero como esquema del recorrido ya vale (es una excursión tan conocida y evidente que no grabé track):


Otra ventaja de esta excursión para el lector es que, a diferencia de las tres anteriores (Ibón de Piedrafita, Ibón de Anayet y O Saldo) las cosas malas del punto de partida son tan gordas que van en otro blog (CASCOTES 252) y aquí las dejamos atrás en cuanto subimos el primer tramo del sendero que sale justo detrás del refugio de piedra. El cartelito de inicio dice "glaciares del Infierno", supongo que para despistar porque todo el mundo conoce este sendero como el de los Ibones Azules.


Tampoco madrugamos mucho ese día, y empezamos a subir a las 8 de la mañana a sabiendas que la ascensión nos iba a llevar 3 horas, que por una vez, fueron exactas.

La pena es que con el fresquito matinal no se goza tanto de las preciosas cascadas que vamos dejando a nuestra derecha según subimos. Para la gente que se acerca a los Baños de Panticosa a mediodía y quiere hacer un recorrido dominguero, son inigualables.


En cualquier caso y ya desde sus comienzos, el sendero se muestra pedregoso y exigente, aunque a la vuelta de una curva te puede aparecer otra caída refrescante de agua.




Iba tan despreocupado que no fui mirando los tiempos, pero a la media hora o así, aparece un pradito que es como una bendición. Magnífico lugar también para quien solo quiera hacer una excursión dominguera.


Metidos de nuevo en el sendero que sigue y que tiene un tramo en que hasta baja un poco, aparece al fondo un bellísimo muro de piedra que parece una enorme presa natural.




Cuando estamos debajo de él, le hago una foto sumando bellezas,


para de inmediato, girar a la izquierda y superarlo por la llamada "cuesta del fraile", un empinado tramo de sendero zigzageante donde salimos de las sombras matinales y empezaba a arrear el sol:


Las fotos de montaña son casi siempre muy engañosas. Mirad la diferencia que hay de ver esa cuesta desde abajo o desde arriba:


La cuesta del fraile nos pone en la cima del gran muro natural que, en efecto, es la contención del ibón bajo de Bachimaña, encima del cual está el nuevo Refugio, que según nos cuentan acaba de entrar en funcionamiento para todo el año. Estupenda noticia.


Recorremos el ibon por su margen derecha (según el sentido de bajada de sus aguas) y enseguida vemos la represa del ibón alto de Bachimaña, cuyo salto de agua hacía mucho ruido.


El recorrido sobre los dos ibones es largo y me recordó a ese tipo de paseos sobre acantilados, porque va siempre a bastante altura del agua.


Dice la gente que es paseo muy bonito pero a mí se me hizo largo y algo pesado, seguramente por  lo pedregoso del mismo y por esa distancia al agua. Casi me alegré cuando se acabó y encontramos un feo letrero para indicar la subida a los "azules" con graffiti añadido. El sendero de la derecha supongo que llevará a los de Gramatuero (que antes creo que se decía Bramatuero (?) ...cosas del arachonés...).


El sendero se pone otra vez montañero y a eso de las diez el sol pega fuerte en la espalda.


En uno de sus resaltes hay que cruzar un par de veces los arroyos que bajan de los neveros, que este año andaban muy caudalosos.


Por arriba se va asomando ya lo que creemos que es el  Garmo Blanco, por su penacho de mármol.



Y por encima de uno de los resaltes de roca junto al sendero, está al fin el Ibón Azul bajo, que muy azul no lo vemos (y muy bajo tampoco, caramba, que lo nuestro hemos subido ya). Cruzando uno de los arroyos nos juntamos en el sendero con una familia (padres y dos hijos) y como a Rosalía no le gusta subir en rebaño, puso la directa y me volvió a sacar de mi marchita, ay ay.


Con ese cambio de ritmo yo llegué reventado al Ibón Bajo, pero como la meta la habíamos puesto en el de arriba aún tocó subir un poco más, incluso por algún nevero




Viendo lo bonita e invernal que estaba la canal que lleva al "cuello Tebarray" y al "cuello Piedrafita" (conexión con el refugio de Respomuso /antes Respumoso...), Rosalía aún quería tirar para arriba, pero por suerte no habíamos metido los grampones en la mochila, ja ja ja, así que de mover la meta nada. Almuerzo feliz de hora y media junto al ibón azul alto rodeados de neveros, y hasta un cigarrito (como un señor) para compensar el exceso de oxígeno.


En la bajada, por el mismo trayecto, entramos en el Refugio a tomar una cerveza y ver lo limpio y nuevo de sus instalaciones.


Nos sentamos en un banco y compartimos conversación con Jon y Tania una pareja muy simpática de montañeros de Leioa que habían intentado el Gran Facha pero se habían desorientado y renunciaron. Andaban por el monte con vivac y comida, y me dieron bastante envidia aunque... ah, sus mochilas pesaban bastante. Les conté lo de mi blog y les hice una foto prometiéndoles que saldrían en él, así que aquí están:


Como durante la bajada de los ibones Azules y la larga travesía de los ibones de Bachimaña nos habían adelantado un par de corredores de montaña, me entró también la envidia (¡seré envidioso!) y me puse a hacer el cabra bajando la cuesta del fraile (además le debía una a Rosalía por lo de antes...). En principio las piernas me respondieron perfectamente, pero luego a la noche, ay ay, me empezó a doler la cadera izquierda...

Abajo de la cuesta le esperé a a Rosalía y ya seguimos juntos. Al paso del sendero por el "mirador de la reina" hice una foto


Y llegando ya a los desastres de los Baños de Panticosa, la última:


No, la penúltima. Porque nada de quedarnos con el mal sabor de boca del despilfarro de los políticos y la desolación de la arquitectura. La última foto, mejor para la deliciosa cervezota que también tomamos en la terraza de la Casa de Piedra a las 4 en punto de la tarde. O sea, que entre las tres de subida, la hora y media del almuerzo, la parada en el refugio, el bla bla bla con nuestros nuevos amigos de Leioa y la bajada, al  final estuvimos por el monte 8 estupendas horas.


Excursión realizada el 11 de agosto del 2013


lunes, 26 de agosto de 2013

128. O SALDO D'ESCARRILLA. (5k, 300+) HUESCA



Ya siento que este maravilloso lugar haya sido para mí motivo de chanza y del inesperado descubrimiento de una nueva lengua, er spypchinés, por lo que de entrada pido al lector que me perdone. A modo de epitafio, dice la guía de la federación aragonesa de montañismo que hemos llevado estos días en la mochila que "procures no imprimir tu huella donde los siglos se han abstenido de hacerlo", pero se encuentra uno algunas huellas por el camino que no tiene otro remedio que contarlas.

Y la primera es la del cartelito que justo al lado de la carretera indica por dónde empieza el sendero que sube a un salto del río Escarra y que por las fotos en blanco y negro de la guía, promete ser un lugar bellísimo.


El cartel debe de ser de cuando el aragonés era una lengua a medio hacer porque la guía dice ahora que se trata de O Saldo, y no del El Saldo. Tampoco hay acuerdo entre el cartel y la guía en lo que a tiempos se refiere. Cuando O Saldo era El Saldo se subía en 40 minutos, mientras que para la guía, el paseíto es de hora y media. O es que la tierra se expande como el universo, o se ve que con la invención de idiomas nos hemos hecho más sedentarios.

Superado el asunto del cartelito queda contar el del parking de acceso, situado justo a mano izquierda de la boca sur del túnel de Escarrilla, por lo que si el lector es aficionado a maniobras peligrosas, tiene allí un punto extraordinario de observación.

Pasados estos sustos nos introducimos en el sendero y nos olvidamos de todo lo anterior, porque en su primer tramo es angosto, áspero y umbrío, es decir, muy bonito y montañero. Nada que ver con lo que podría ser un paseíto dominguero.



Adelantamos a algún esforzado padre con niño en la mochila preguntándose si no se habrá metido donde no le llaman, y a la media hora de dura ascensión (pobre padre) el paisaje cambia radicalmente a seco y árido.


Y si miras para arriba, a la "punta dera Cochata" según el mapa y mi orientación, casi parece que estuvieras entre peñas mediterráneas.


A los cuarenta minutos de nuestra marchita de subida no llegas al "saldo" sino a una pista por la que suben coches hasta cerca del "saldo". Vaya "fiasco". No es que hubiéramos preferido subir en coche que por sendero, pero el padre con el niño a cuestas lo mismo se caga en su información. 


Un poquito más de pista al otro lado de la valla, y otra vez a un áspero sendero que desciende un poco hacia ese evidente rincón de piedra donde suponemos que estará ya el "saldo". O las gangas. 



Mientras lo recorremos (veinte minutos más) voy pensando que si Panticosa en arachonés es Pandicosa, y que Salto es Saldo, ya no quedan tontos en Arachón, sino dondos.

Al final, en una hora poco más o menos (300 metros de ascensión) llegamos al chorro de agua que sale entre las rocas formando una poza preciosa en la que fotografiar, una vez más, a mi sufrida compañera de fatigas (y de risas).


Ya había olvidado mis chanzas ante tanta belleza cuando miro a mi izquierda y ahhhhh, un cartelito en perfecdo casdellano:


Como los perros no entienden el casdellano, un par de ellos se bañaban tan ricamente ante el jolgorio general, y una chiquilla, que por joven y víctima de la inmersión lingüistica tampoco lo endendería, se bañó bien a gusto condaminando las aguas de consumo humano, por lo que cuando bajamos a Escarrilla, para nada se nos ocurrió beber agua y pedimos cerveza.


Como yo soy multilingüe no pude refrescarme la sesera y bajé haciendo fotos a otras "huellas" humanas de esas de sabor rúsdico en las que España y sus Comunidades Audónomas demuestran al mundo lo adelandados que esdamos en lenguas y en reciclajes:



Excursión (o pardida de risa) realizada el 10 de agosto del 2013.