lunes, 19 de agosto de 2013

122. LAGOS DE BECIVER 2.337 m (8k 475+) desde el parking DE ORRI. Valle de Arán



Al día siguiente de la ascensión al Mulleres, cambiamos del valle de Benasque al valle de Arán con la intención de darnos un "paseíto" de recuperación (o para soltar las piernas que decimos los maratonianos) por los lagos de Colomers, viejo deseo montañero de cuando estuvimos en el Montardó o de cuando en invierno nos hemos acercado a andar por nieve en los Baños de Tredós; pero al llegar a Salardú nos encontramos con la pista cortada. Las tremendas inundaciones del pasado mes de junio han dejado la pista que lleva a Tredós colgada de un precipicio, nos informaron en nuestro querido Bar Montanha de Salardú, y aunque se puede pasar, mejor no arriesgarse. Mapa en mesa, y cambio rápido de planes: a los lagos de Beciber, que la carretera de subida a Beret no tenía mayor problema que algún pequeño desprendimiento.

Parking en Orri (1.860m) y precioso sendero mal explicado en la guía excursionista de la Editorial Alpina porque te mandan por "la margen izquierda" del río Malo cuando debería decir, margen derecha (porque para esto de las izquierdas y las derechas siempre se toma el sentido de bajada del río) o lado izquierdo si es que nos referimos a como nos lo encontramos desde el mencionado parking. Ayyy, qué guías!!! (camino arriba vimos a un excursionista que había hecho caso a la guía y que a mitad de recorrido tuvo que cruzar el río y subir monte a través a coger el verdadero y único buen sendero).


Bueno, pues ahí estamos, en el sendero bueno, con el parking de Orri detrás, el ríu Malo a nuestra derecha (según subimos) y un paisaje precioso por delante...


 ...en el que se puede adivinar al fondo, una pequeña cascada del río en lo alto, y a la derecha, el famoso paso de esquí de Escuernacabras, o como veremos más adelante, no el paso en sí sino la salida escorada del famoso paso, que es todo lo que habíamos visto hasta ahora desde la zona de Orri cuando esquiamos en Baqueira - Beret.

Lo que a primera vista pudiera parecer un paseíto dominguero se torna pronto auténtico sendero pirenáico por los grandes bloques de granito que el hielo tira desde los farallones laterales.


La mayoría del sendero, sin embargo, transcurre sobre tierra entre pedruscos más erosionados por el tiempo.


El momento más bonito de la ascensión al primero de los "estanhs" es ese resalte o pequeña cascada que veíamos desde la salida y que ahora fotografiamos al revés:


Desde ahí, y hacia delante, ya se avista la pequeña presa de recrecido del estanh, al que se llega en unos minutos.


Cierto que Rosalía había subido como un gamo (sobre todo cuando nos adelantó el tipo que había cambiado de lado y que se ve con chamarra roja / afán competitivo de la vasca) y que a mí me había sacado de punto, pero con todo y con ello la diferencia con lo que dice la guía Alpina volvía a ser excesiva: dice una hora y media, cuando en realidad nos costó una hora.

El lago Beciber, con la hermosa silueta del Tuc del Rosari (2.594) invita al descanso y la contemplación, y el solitario pino ahogado de la orilla le pone un tinte escultórico y dramático.


Pero como después de la "calcetinada" del día anterior una hora me sabía a poco, le dije a Rosalía que siguiera y que mejor almorzar en los lagos de arriba.


El sendero sube por la margen izquierda del arroyo que baja de de los estanhs de arriba, o "del Rosari" hasta un punto más o menos llano en que se pierde o mejor dicho, se bifurca, aunque eso no lo vimos.



Lo que vimos es que el cabra de montañero que iba delante tiraba por la derecha y por ahí nos fuimos. En realidad hay otro sendero mucho más bonito junto al río de la izquierda de la foto, que descubrimos en la bajada, y de ahí el lazo que se ve en el esquema del recorrido que he puesto arriba.

Sea como fuere, en cuarenta minutos, ¡y no en la media hora que decía la guía! (ahora resulta que en vez de gamos éramos tortugas) llegamos a un alto herboso desde donde se dominaba todo el circo de Beciver que habíamos venido a ver (como su mismo nombre dice, ja ja: ves y ve)



He puesto sus nombres en el croquis de arriba porque parece una crestería muy bonita y a nuestro alcance, aunque, ay ay,  ya nos quedan pocos años de marcha como para ir dejando proyectos por ahí...

Bajamos a hacernos una foto en el estanh más grande y pasamos de subir al del fondo porque además de que ya era tarde (con el cambio de valles, la instalación en el hotel, y el cambio de planes habíamos empezado a subir pasado mediodía), la verdad es que yo me sentía más bien cansado y mejor pasar el resto de la tarde disfrutando de los pueblos del valle.


Bordeando este estanh fue como descubrimos el precioso sendero junto a su arroyo de desagüe que es el que yo recomiendo también para subir porque además de la alegría del río tiene otra pedrera descomunal de auténtico sabor pirenáico. Mirad que pequeñita se le ve a Rosalía bajando por allí al fondo de la foto.


Aunque no hay que asustarse, que no es para tanto. Pasada la pedrera, vuelve un sendero más cómodo y se disfruta de la vista (hacia atrás según bajábamos) del pico o Tuc de Marimanha, máxima altura de todo este viejo circo glaciar, con sus 2.679 m.


Bajando al lago Beciber y mirando de frente aún nos quedaba una cosa por descubrir:


Ese gran monte que se ve al fondo no es otro que Cap de Baqueira, donde se ve incluso la antena y el pabellón de llegada del telesilla. Aunque el punto más alto a la izquierda del pabellón, en realidad se llama Tuc de Escornacabras. Pues bien, entre uno y otro se ve una canal o couloire (que dicen los franceses) por donde, ay, se tiran los esquiadores más atrevidos y donde cada año suelen caer (ay ay) un par de ellos. O sea, que escuernacabras no era esa fuerte pala torcida que se ve desde Orri sino ese tubo que recuerda al de la Zapatilla de Candanchu. Lo pongo un poco más grande para que se vea mejor y midan sus fuerzas los que se quieran tirar por él.


Como muchas veces me rondó por la cabeza meterme por allí, nada mejor que verlo de frente y mirar la edad que uno tiene para pensar en otras cosas.

Y para acabar, una foto de esa pedrera del sendero de abajo que se me había pasado por alto fotografiar cuando subíamos. La pongo porque cuando veo que las guías califican de "fácil" a este tipo de senderos, yo pienso que de eso nada. Que un sendero donde te puedes torcer un tobillo o romper una pierna si no estás muy atento a la postura del pié, será fácil como ascensión pero no fácil como sendero.


Excursión realizada el 26 de julio del 2013