domingo, 2 de junio de 2013

118. EL CERVERA, 1.384 m. (12k 750+). Sierra de Cantabria


La sierra de Toloño, entre el propio Toloño y el León Dormido tiene una línea de cimas muy accidentada pero con un perfil poco atractivo, por lo que la tenía yo un poco abandonada. El pasado mes de marzo, sin embargo, yendo por la autopista me llamó la atención la existencia de una cumbre nevada que parecía sobresalir un poco de ese perfil y me paré en el área de descanso que hay detrás de la tejera de la llanada de Buicio para hacerle una foto con el móvil. Ya siento lo mala que es la foto (o el emplazamiento de ese área de descanso) pero al menos me sirvió para ir al ordenador y saber que ese piquito blanco se llama Cervera y para preparar una excursión.

Mira que hay días claros y soleados en La Rioja, pero los días de excursión no los eliges sino que te vienen dados por los planes y las posibilidades, y justo el día que al fin nos ponemos a ir, o sea, hoy 2 de junio del 2013, estaba con una densísima barda de nubes:


La foto la hizo Rosalía con su móvil desde el coche en la carretera de Laguardia, que es por donde se llega al punto de salida, una "área recreativa" que hay un poco más arriba de la ermita de Berberana. El camino para llegar hasta allí está justo frente al cruce que lleva al pequeño pueblo de Leza. Hay un cartelito de madera que lo indica, aunque casi no se ve y por poco nos lo pasamos.

En la preparación del itinerario eché un vistazo al librito de los hermanos Ollero (Rutas y Paseos por Sierra de Toloño y Kodes) pero no me gustó la que proponían porque no pasa por la ermita de San Cristóbal. A cambio encontré un wikiloc (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3858291) que sí lo hacía, me lo descargué, e hicimos la primera experiencia de seguimiento de una ruta wikiloc. Pero como no quería dejar de grabar mi tradicional ruta endomondo, al final puse las dos y la batería del móvil dijo arriba que nones, ay. Así que habrá que elegir. Bueno, pongo la foto con relieve y el itinerario y voy contando:


Punto de salida, pues, la "zona recreativa" construida un poco más arriba de la ermita de Berberana. Típico lugar donde se han dejado unos euros nuestros políticos en el monte pero para no ir al monte. Eso sí, lucen mucho, ah ,y seguro que la gente dice que está muy bien.


Bueno, ahí se quedó el coche y tiramos camino arriba disfrutando de los roquedos de encima y soñando con que se levantaran las nubes.


Ese camino que se ve a la derecha es por donde mandan los Ollero (y por donde luego regresaremos nosotros) pero de momento seguimos adelante y hago otra foto de las rocas del fondo sobre la que está nuestra cima, porque esa sería la ruta directísima pero que no se puede hacer a menos que escales esa enorme pared.


Ese camino que llevábamos va a una caseta de aguas que está justo debajo de esa pared, y que tiene que ser un lugar precioso para ir otro día (o para soñar con escaladas), pero nosotros dejamos el camino donde dice la wikiloc y cogemos el sendero de la ermita de San Cristóbal que, como nos temíamos, estaba bastante lleno de vegetación y que como todo estaba mojado pues empezó a calarnos a los pantalones.


No fue sólo eso lo malo sino que llegados a cierto punto en medio del robledal, perdimos el sendero. En el wikiloc que grabé yo y que se puede ver siguiendo este enlace, se puede apreciar el punto en que empezamos a dar vueltas entre la maleza a ver si dábamos con el sendero. Para que no os pase si vais, prestad atención a un pequeño murete que parece como de un torrente y que despista. Pues es por ahí; hay que subir ese pequeño murete de un metro y enseguida recuperáis el sendero. Aquí se ven las revueltas que dimos entre zarzas y monte bastante denso:


A partir de ahí el sendero se empina considerablemente, y con terreno húmedo había que ir con cuidado.



Como premio a estos requiebros, aparecen pronto las ruinas de la ermita de San Cristóbal construida bajo la roca.


Su estado es lamentable y en su interior parece que ha habido excavaciones y que se han dejado la lona:


No sé qué huesos andarán buscando ahí pero digo yo que el amor a estos sitios mejor se demuestra (y se muestra) de otra manera. Pero no hablemos de restauración, que luego veremos..., ay. Para hacer lo que en Berberana mejor dejarla en ruinas, pero a poder ser sin toldo y sin esos puntales que había en la puerta queriendo impedir el paso a su interior.

Llegando a la ermita me llamó por teléfono Carlos Lloret y le dije que estaba de excursión y que lo iba a contar aquí porque seguro que le hubiera gustado subir con nosotros. Y ya que tenía el móvil en la mano y vi que la batería estaba mermando a pasos agigantados apagué el wikiloc y dejé solo el endomondo. Aunque..., ay, tuve que encenderlo de nuevo porque la senda que sube de la ermita hasta la caseta de aguas no está tampoco muy clara y mejor ver si no nos desviábamos mucho de la ruta de "luisiana". En el momento en que salimos del sendero de la ermita, Rosalía lo celebró con una sonrisa y yo con una foto:


Quedaba lo más fácil, porque desde la caseta de aguas para adelante suponíamos que el sendero no tenía pérdida. Bueno, pérdida no, pero vegetación y agua, un montón, así que nos fuimos calando los pantalones no ya hasta la rodilla sino hasta el muslo, y pasando por entre ciertos matorrales, hasta los hombros.


Este larguísimo sendero de Este a Oeste tiene que ser un paseo precioso en un día soleado divisando a la izquierda toda la Rioja. Para nosotros solo hubo un breve momento de visibilidad que registré rápidamente con mi cámara. Bajo las nubes se distinguen bien las bodegas de Calatrava y algo peor, Laguardia detrás.


El sendero sube además muy suavemente por lo que de estar un poco más limpio, sería más un paseo que un ascensión. Nosotros nos íbamos calando y quedándonos helados (¡y estabamos a dos de junio!) y según subíamos el cierzo arreciaba más y más.


Llegados al punto en que el sendero entraba en una gran pradera, una ráfaga de aire casi me tira al suelo por lo que me di la vuelta y le dije a mi compa: "la cima por hoy es ésta, ja ja; haz una foto y para abajo". (nótese lo poco que me queda de seco en los pantalones).


Llevábamos dos horas subiendo y faltaría no más de media hora que en otro día serían de gozo total, pero que en esta ocasión no tenía mayor sentido. Nada de fracaso pues. Sabia decisión.

Para el descenso elegimos bajar por donde proponían subir los hermanos Ollero, un camino bastante feo debajo de unos cables de electricidad, pero algo más limpio y seguro que volver por el de San Cristobal (en el croquis de arriba lo he marcado con amarillo porque el endomondo lo paré arriba).



Pero tampoco las aventuras acabaron aquí. Llegados a la caseta de aguas que se ve detrás de ese pino, las máquinas habían hecho tal destrozo en el monte que no conseguimos dar con el camino de vuelta (marcado en el croquis con línea de puntos) y bajamos por las destartaladas trochas que han hecho esas maquinorras.


Ah, me faltaba decir que todo el camino de bajada lo hicimos con lluvia (con lo que ya no quedaba nada seco en los pantalones, ah ah ah).

Ni almuerzo ni gaitas. Cogimos el coche, y a casa a todo correr para ducharnos y entrar en calor. Sólo nos detuvimos un instante para hacer dos fotos a la ermita de Berberana, de la que sabía que tenía una puerta muy bonita.

Al acercarnos vimos que tenía el tejado nuevo, pero hecho con teja plana (!!!) y que como adornos a su entrada no se les había ocurrido otra cosa que poner unos bolardos:


Pero eso no fue lo peor, ay ay. Pues al ver de frente la puerta comprobamos una vez más cuán discretas son las actuales restauraciones:


Montes y arquitectura, rezaba el título de este blog (y aún queda así en la URL) , pero no para ver estas cosas sino para sentir las montañas como grandes edificios de la naturaleza y para meterse en ellos con la emoción de quien vive una experiencia singular. Volveremos al Cervera para disfrutar de su cima y pediremos a Dios que se apiade de los arquitectos de ahora porque yo, desde luego, en el cielo no los dejaba entrar.