viernes, 15 de agosto de 2008

24. EL GRAN FACHA, 3.005 m (13,5 k 1.550+) Embalse La Sarra, Sallent de Gállego



Como se irá viendo en las fotos de este pequeño reportaje el Gran Facha es una hermosa pirámide situada en la frontera entre Francia y España a mitad de camino entre el refugio del Respumoso (con entrada desde Sallent y el embalse de la Sarra) y el refugio Wallon (con entrada desde Cauterets y Pont d´Espagne). Pero si he puesto la foto de arriba como ilustración principal es porque justo esa es la imagen que yo desconocía y a la que estuve dando vueltas la noche anterior a subir: ¿cómo será esa temible cresta rocosa y fronteriza por la que dicen que se sube no sin cierta dificultad con varias “escupideras” hacia uno y otro lado? Bueno, pues esta es la tosca imagen que ofrece desde el collado entre Francia y España, llamado precisamente “collado del Gran Facha”.

La ascensión propiamente dicha, realizada el 18 de julio de 2008 con mi habitual compañera de fatigas, tuvo como aperitivo la subida desde el embalse de La Sarra (1.465 m) hasta el Refugio del Respumoso (2.132 m) en la tarde anterior. Es una subida bastante larga y dura (8k 700+) en la que tardamos 2 horas y 45 minutos a buen paso, pero es un sendero muy bonito y a veces vertiginoso por las cortadas a pico sobre el imponente barranco que labran las aguas que bajan del circo de Piedrafita. Aguas que a veces ofrecen cascadas tan bonitas como la de la foto:





En llegando a la presa del recrecido ibón, además de avistarse el refugio, el horizonte aparece erizado de una serie de hermosos picos con perfectas formas piramidales. El Gran Facha es justo el que toca a la nube, y la “cresta” que nos esperaba a la mañana siguiente, la de su izquierda.


Además de la inquietud previa a toda ascensión pirenaica, los guías de montaña que llevan el refugio nos echaron leña al fuego diciéndonos que era poco prudente subir sin crampones porque si bien la cresta estaba limpia, los corredores anteriores al collado tenían mucha nieve y a primera hora de la mañana nos la podíamos encontrar dura. El año pasado subimos al Aspe por estas mismas fechas con los crampones y el piolet en la mochila y apenas pasamos al lado de un pequeño nevero. Pero ya se ve que en el Pirineo no hay nunca que fiarse: más vale subir cargado en vano que dormir la noche anterior con preocupación doble.

Empezamos a subir a las 7:15 y en la primera hora de ascensión apenas se gana altura. El sendero serpentea por los ibones superiores al Respumoso, y como al llegar al Ibón del Campo Plano está mal marcado, te entran las dudas, así que gracias a un montañero un poco más madrugador que se había perdido queriendo ir hacia Panticosa nos ahorramos un pequeño extravío y dimos con el puentecito de hormigón que te pasa a la margen izquierda del río que alimenta al Respumoso. Con menos agua no habrá problema o pérdida pero como este año había tanta nieve, la única forma de cruzar el río era por ese puente que, como digo, está justo debajo de la presa que se ve en la foto, por lo que hay que descender lo poco que se había subido para pasar por él. Con todo, lo mejor de este comienzo de excursión es que en todo momento ves con nitidez el pico al que vas: el que está a la derecha de esta foto:




Se deja a la izquierda el hermoso llano que conecta con el collado de la Peyre de San Martin y el sendero entra otra vez en un barranco de aguas bravas. Tan bravas y abundantes eran que cruzar uno de sus afluentes se convirtió en una dificultad inesperada. Como saltarlo era imposible había que subir hasta un nevero puente que obligaba a una pequeña trepada y destrepada. Y esta es la foto del momento en la que, curiosamente, el fotógrafo proyecta también su sombra:


Echando la vista hacia arriba aparece ya la primera canal nevosa. Nos costó un poco superarla porque aunque la nieve no estaba dura del todo tuve que ir tallando peldaños todo el rato con las botas para evitar un resbalón, y la verdad es que acaba uno agotado. El otro inconveniente es que en cuanto sales al sol, te da justo de frente y no ves ni pijo, pero eso sí, las fotos salen muy bonitas. Estas son: una desde debajo de la canal, y la otra desde arriba.



Se llega entonces a un pequeño llano donde están los dos lagos del Gran Facha que aún estaban semiocultos por la nieve. Y al fondo de ese llano otro corredor a la sombra con una pendiente algo más dura que la anterior y con la nieve…, también un poco más dura. Pero como se ve por la segunda foto, con sombra de fotógrafo inclusive, también lo superamos y salimos al sol. Al fondo de la foto se ve el Respumoso y en el ángulo superior derecho, el Midi d´Ossau.





Bueno, pues ya estábamos en el collado del Gran Facha a 2.664 mts. Eran las 10:15, o sea que nos había costado subir tres horas justas desde el Refugio. Supongo que sin tener que tallar los dichosos peldaños en la nieve se podrá hacer en algo menos. Al ver la primera imagen que he puesto arriba del todo, o sea, los trescientos y pico de metros de desnivel que nos quedaban en roca, yo dije de reponer fuerzas pero Rosalía dijo que de parar nada, y que para arriba. Y ahí la vemos en el primer tramo todavía apoyándose en los bastones –enseguida los meteríamos en la mochila, conscientes de que era mejor agarrarse a la roca con las manos.




Cincuenta metros por delante nuestro iba una pareja de franceses a los que cogimos en un paso en el que ella se paró haciendo una cruz con los brazos dándole a entender a su compañero que no seguía. Nos juntamos los cuatro y usamos el viejo truco de animarle a ella para darnos ánimos a nosotros, y así continuamos hacia arriba. Estos son en un paso cercano ya a la cima: Marie y Gille, de Bayona.



Al llegar a una falsa cumbre que hay poco antes de la cumbre auténtica y ver el pequeño abismo que se abría entre ambas, Marie volvió a hacer el mismo gesto de antes, pero nosotros repetimos el truco y al final llegamos los cuatro a la cumbre un poco antes de las 12, o sea, en poco más de una hora y media desde el collado. Gracias a ello nos hicieron la foto de la cima sin necesidad de usar el trípode y el automático.

Ellos bajaron rápido (ella seguía asustada, ahora por el descenso), pero nosotros nos quedamos esta vez más de una hora almorzando en la cumbre y disfrutando del espléndido día y del no menos extenso panorama. Y es que alrededor se veía ¡todo! Por poner un ejemplo, mirando hacia el Este, el Vignemale y a la derecha y detrás, el Taillon.


Bueno, nosotros también estábamos algo asustados por el descenso y es que no era para menos. Cuando vas subiendo no te das cuenta de los agujeros que vas dejando a un lado y otro de la cresta, pero cuando bajas… uhhh, hay que agarrarse bien a la roca con las manos. El terreno no te da tregua y se hace agotador, pero cuando ya estás a mitad de la cresta, le empiezas a coger el truco a los pasos y hasta le coges gustillo. Tardamos hora y cuarto hasta el collado, y allí estaban los franceses acabando de almorzar.




Tal y como teníamos planeado desde que pensamos esta excursión, es decir desde que el 8 de diciembre del 2007 vimos el circo del gran facha (v. Montes 12) bajamos a dormir al refugio Wallon, y aunque el descenso nos pareció bastante largo y pronunciado (son 800 mts de desnivel) los hicimos en el tiempo record de 1 h 45 min., -tal eran las ganas de coger por banda unas cervezas frescas. También hubo sus largos neveros y hasta en uno de ellos me descuidé, me caí, y me hice daño en un codo, pero poco importaban esos gajes cuando detrás íbamos contemplando la silueta del primer tres mil que acabábamos de conquistar. Ahí lo podemos ver, ahora desde el lado francés, y desde el refugio Wallon a la caída de la noche.



El regreso fue otra jornada montañera, claro. Yo la había previsto por el collado de Cambales y la Peyre de San Martin pero como me dijeron que las pendientes son allí mayores que en el collado del Gran Facha y ya habíamos tenido bastante con lo del día anterior, volvimos al Respumoso por donde habíamos venido, o sea por el collado del Gran Facha y disfrutando de lo lindo a base de regodearnos con lo ya conocido. Decisión prudente esta vez, cuando comprobamos que todos los que subían desde el Respumoso lo seguían haciendo con los reglamentarios crampones. Del Wallon al collado tomé el tiempo de nuestra ascensión: 2 horas 40 minutos, o sea, cinco minutillos menos del tiempo que ponen en los carteles. Para darnos ánimo, vaya.

(Una nota fotográfica: justo cuando fui a hacer la primera foto de la excursión el protector del objetivo se encasquilló y al darle un pequeño golpecito con el dedo para que se abriera tuve la mala fortuna de tocar el cristal dejándolo sucio para los tres días siguientes. Es por eso que en el ángulo inferior izquierdo se ven todas las fotos con un ligero toque de “flou”. Ya lo siento).