martes, 1 de septiembre de 2009

42. MONT VALIER 2.838 m. (17k 1.875+) Dep. Ariege, Francia



De la misma manera que me siento orgulloso y feliz dando a conocer los montes que voy poco a poco descubriendo, me siento igual de agradecido cuando son otros los que me los enseñan. En el post 20 de este blog conté que hace muchos años le enseñé a mi amigo Carlos Lloret las bellezas del Toloño, uno de los montes más próximos a mi pueblo; pues bien, muchos años después me ha devuelto ese regalo, crecido y aumentado, llevándome al Mont Valier.

No hace mucho que Carlos Lloret se compró una casa en las proximidades de Foix, departamento de Ariege (asunto que también comenté en su día en un blog vecino: NuevoLHD n 094, EL SUR DE FRANCIA), y por lo que él me cuenta y dicen otros relatos, el Mont Valier, con sus 2.838 metros, alza majestuosa su silueta sobre toda esta región. Yo no he tenido aún la suerte de verlo desde la lejanía pero en los mapas de montaña se puede ver, que a diferencia de la mayoría de los grandes picos pirenaicos que están situados en la frontera con España, el Valier se adentra un poco hacia el norte para reinar en solitario sobre esta bonita región francesa. Como además Carlos Lloret es uno de los empedernidos lectores de mis blogs y no se pierde ninguno de mis relatos montañeros, no es de extrañar que haya querido también ser el principal protagonista de este, haciendo acopio previo de información internetera, reservando el refugio, rodeándose de sus dos hijos, Carlos y Juan, y llevando la dirección de la expedición con el mapa en la mano. Este era por tanto el equipo humano en el punto de salida, el Pla de la Lau (975 m, a 8 km de buena pista asfaltada desde Les Bordes s-Lez ), a las diez y media de la mañana del 29 de agosto del 2009 (falto yo, claro está, que estaba detrás de la cámara de fotos).



La aproximación al refugio de Estagnous (2.246 m) se hace por el bellísimo valle de Riberot, pero debido al importante desnivel de casi mil trescientos metros, y a lo árido y pedregoso del sendero, hay que señalar desde el principio que la ascensión es larga y dura, y nada de “un paseo familiar” como decían algunos de los relatos interneteros que malinformaron al jefe de expedición. Lo que está muy claro, eso sí, es la división del camino en tres tramos perfectamente identificables por los hitos que lo jalonan. El primero de ellos es el que va desde el parking hasta la parte inferior de la Cascada de Nérech, y de cuya hermosura dan muestra estas tres fotos:





Lo hicimos a un ritmo bastante aceptable en 1h 25 min., por lo que lo de 1h que dicen otros relatos debe ser en plan competición (luego volveré sobre ello). La niebla hacía más hermosa si cabe la cascada pero a su vez nos ocultaba la gran dureza del segundo tramo: desde la parte baja de la Cascada (1.350 m) hasta el refugio de Caussis a 1.859 m. El primer resalte está incluso tallado en la propia roca de la cascada por lo que como dicen algunos relatos (seguramente con más acierto), con nieve o hielo se puede volver peligrosísimo. Carlos se vio sorprendido por la dureza de este tramo y tuvimos que parar un par de veces para almorzar y reponer fuerzas, una, a mitad de camino y otra, al llegar al refugio de Caussis. Entre una y otra parada fuimos saliendo de la niebla y empezamos a avistar la punta del Valier



En el último tramo, desde el refugio Caussis al Estagnous (2.246 m), Carlos nos mandó para adelante y lo subió tranquilamente a su ritmo (yo con las paradas ya había perdido la cuenta de los tiempos, así que luego volveré sobre ello). La foto siguiente, cuando ya se avista el refugio de Estagnous debajo del Mont Valier, muestra igualmente la dureza del sendero.



Es de justicia decir que el refugio de Estagnous es uno de los más bonitos y bien cuidados que hemos visitado hasta ahora. Mucho espacio en las habitaciones, estupendas duchas, y un espacio exterior para la cháchara previa a la cena realmente de antología. Sobre todo si te lo encuentras como lo vimos nosotros: con un hermoso mar de nubes debajo.




Además de que lo pudimos contemplar largo y tendido durante toda la tarde, entre el segundo plato y el postre todo el mundo abandonó la cena y salió del refugio para contemplarlo con la puesta de sol. La luz rasante parecía apretar las nubes y la magia del espectáculo hizo que el buen ambiente de la cena llegara a su punto máximo.



La foto del pico que he puesto como portada de este post la hice también en el momento de la puesta de sol y de ahí ese color rojizo tan especial que tiene. La foto más normal que me sirve para explicar la segunda parte de la excursión, es decir, la del ascenso a la cumbre del día siguiente, es esta otra:



Se ve en ella cómo discurre el sendero de izquierda a derecha, cruza el primer canchal de piedra; sortea luego los resaltes rocosos para subir por otro pequeño canchal hasta cerca de los neveros de la pared; gira entonces a la izquierda para zigzaguear por la ladera hasta ganar altura; y trazar entonces una larga y delicada travesía de izquierda a derecha hasta el collado de Faustin en el que uno tiende a agarrarse con la mano izquierda a las rocas porque las laderas herbosas o rocosas de la derecha tiran demasiado de la vista hacia abajo. Como uno no está para fotos en esos momentos, la única que hice es cuando prácticamente llegábamos ya al collado Faustin (2.653 m, 1h justa desde el refugio).



Antes de llegar a estas últimas dificultades, el jefe de la expedición decidió prudentemente darse la vuelta y renunciar a la cima, pensando que el larguísimo descenso le iba a ser mucho más duro que la ascensión y nos podría retrasar el largo retorno en coche a casa.

La última parte de la ascensión, desde el collado hasta la cima, se hace con la alegría de no ver dificultad alguna pues el lomo sur del Valier es amplio y herboso.



Juan, Carlos (hijo) y Rosalía me llevaron en volandas y en 25 min. estábamos ya reunidos en la cima con los tres alegres compañeros de Guissona (Lérida) con quienes habíamos compartido cena y habitación en el refugio. Eran tan sólo las 8 y media de la mañana, pero aún llegó otra pareja más de españoles que son los que nos hicieron la foto de grupo:



Los franceses madrugaron un poco menos que nosotros y atacaban la cumbre en masa cuando nosotros la dejábamos:



Me gusta mucho esta imagen porque muestra lo mucho que las fotos engañan. Compárese con la de la subida de este mismo tramo y véase la diferencia de sensación respecto a la pendientes.

Descender desde la cumbre hasta el refugio de Estagnous nos costó 1 hora. Desde Estagnous a Caussis, 50 min, y desde Caussis hasta la parte baja de la Cascada de Nérech otros 50 minutos. En la parte alta de la Cascada alcanzamos al jefe que descendía con mucha calma y prudencia, y almorzando juntos bajo sus aguas saltarinas, comentamos lo bellísima que había sido toda la excursión y la diferencia que siempre hay entre lo que te imaginas, lo que otros cuentan, lo que planeas y lo que te encuentras.



Carlos y sus hijos se quedaron un rato más a descansar y Rosalía y yo bajamos a buen ritmo desde la Cascada hasta el coche en 1h y 5 min., por eso decía antes que intentar subir este tramo en 1h es de locos. Lo de lo marcar los senderos por tiempos en el monte me parece una insensatez. Con los GPS que ya todos llevamos en la mano, poner la distancia en km y el desnivel en metros entre distintos puntos me parece mucho más informativo. Bueno, yo esta vez llevaba el GPS pero me quedé sin batería antes de llegar al refugio y perdí la información de las distancias en la subida, así que, en esta no, pero en las siguientes excursiones que haga con el GPS en la mano lo pondré así.

Aún una foto más antes de cerrar el relato: la de la Cascada que centra (y casi cierra) la parte baja de esta excursión. Gracias a la niebla no habíamos visto en la subida del día anterior los resaltes rocosos de la izquierda por donde se sube, que si no...