miércoles, 10 de diciembre de 2008

28. PIAU ENGALI, Estación de esquí, Pirineos, Francia



Lo queramos o no, las estaciones de esquí son lugares, lugares en la montaña, y como nos gusta el esquí y la montaña, seguimos yendo a ellas a pesar de los pesares. Es decir, a pesar de que duele un poco ver las montañas tan mancilladas de desmontes y pinchadas con chismes. Como inicié este blog con el título de Montañas y Arquitectura, tiene bastante sentido traer aquí las estaciones de esquí porque más que ningún otro lugar son montañas “urbanizadas”, aunque... su “urbanismo” y su “arquitectura” mejor ni mirarlos. En todo caso, las estaciones de esquí nos facilitan el acceso a muchos rincones de montaña de otro modo desconocidos o inaccesibles, así que, como vamos conociendo bastantes, voy a empezar a contar algo de ellas empezando por la última que hemos descubierto, la de Piau-Engalí, ubicada en Francia nada más pasar el túnel de Bielsa (desde España), en el segundo valle a la izquierda (el primero se llama de la Gela).

Además, al ir poniéndolas en el blog podré ir deshaciéndome de la papelería de folletos de estaciones de esquí que acumulo en la librería, costumbre que adquirí porque mi amigo Javier Dulín me dijo que los coleccionaba. Abriré los post con el mapa de los remontes que facilitan al sacar el forfait.

Bueno, lo primero que llama la atención al tomar la carretera que sube a la estación de Piau Engali es que enseguida te encuentras con un telesilla y una pista que baja casi hasta el propio pueblo de Le Plan, situado en el cruce de carreteras (por cierto, su iglesita es un encanto; la vimos desde el coche pero no paramos a contemplarla como se merece, así que la foto la he tomado “prestada” de Google Earth).



También he hecho una foto informática de la imagen de google earth en la que se ve la vista aérea de la estación en pleno verano, con las tremendas marcas que dejan en el paisaje la carretera de acceso y las pistas de esquí.


Dicen los folletos turísticos que los edificios de apartamentos construidos en círculos y con muy poca altura se integran mejor en el paisaje, pero lo cierto es que los alrededores de todo edificio circular, y más con nieve sucia y coches por medio, devienen caóticos. Cuando vas para un día ni te dejan entrar con tu coche a la “urbanización” y te mandan al parking de abajo (el más grande y más al norte) teniendo que subir luego a la estación propiamente dicha en autobús. Vaya invento.

Lo más bonito de esta estación es la claridad geográfica que ofrece, toda ella en un abanico con vértice en el Pico de PIAU de 2.696 m. de altitud. Esta es la imagen desde abajo:



La vista hacia el norte (hacia Francia) es muy espectacular: una hermosa pared llamada “Crete des Cintes Blanques” por donde deben caer no pocos aludes (en la página de google hay colgada alguna foto de cuando caen). En el momento en que le hice una foto, la adornaba un curiosa nube por debajo de la línea de cumbres.




Bueno, y vamos con el esquí. El telesilla básico es el central, un desembragable de seis plazas que sube hasta justo debajo del pico (2.528 m). Para empezar calentando músculos y echar un vistazo hicimos toda la pista azul de la izquierda según se mira al Pico, la “gran azul” bajando incluso hasta la mismísima carretera, o sea, a Piau 1420 (lo he marcado con puntos morados en el mapa), es decir, una bajada continuada de ¡¡¡1.100 metros!! Ahí es nada.

Colocados otra vez debajo del pico tras coger dos telesillas intermedios y nuevamente el central, exploramos el otro lado de la estación bajando por la pista roja (puntos verdes en el mapa de arriba). En ese recorrido se tiene la opción de hacer un trocito de pista negra al llegar abajo (tentación a la que sucumbimos en la segunda bajada, claro). Pero lo más interesante de ese recorrido es el descubrimiento del hermosísimo valle de Badet y del Pico des Aguileous de 2.976 que invita a subirlo (no es nada difícil/ he encontrado en internet un relato de su ascenso en invierno y es relativamente sencillo). Este es su bellísimo perfil:



Una vez exploradas los dos extremos de la estación ya nos dedicamos a esquiar por las innumerables pistas centrales que ofrecen unos “fuera de pista” muy pendientes pero bastante seguros y sin posibilidad de perderse. Los días de nieves profundas deben estar muy solicitadas por los esquiadores más expertos.

Esquiamos allí el lunes 8 de diciembre del 2008, con nieve polvo y dura bastante buena y abundante, pero a mediodía se echó la niebla en las alturas y como teníamos que regresar a casa en el día, lo dejamos pronto pero con un gran sabor de boca.

Seguro que volvemos. Especialmente, a subir al Pic de Aguileous (aunque mejor en verano).
He puesto todas las fotos bastante grandecitas para que se puedan ver bien pinchando sobre ellas.