El Cabezo de Piqueras es una montaña que tiene una vista más reconocible en su punto de salida que en su silueta. El 21 de febrero del 2016 ese punto de salida, es decir, la Venta de Piqueras (1.348 m) , estaba así de concurrido:
Pero en cuanto pasamos de ese poste que indica el comienzo de ascensión al Puerto de Piqueras ya no encontramos caminando a más de una docena de gentes. A pesar de que la nieve estaba algo dura y pisada fuimos subimos hasta el puerto con las botas pues nos pareció que no había suficiente capa como para poner las raquetas.
La ascensión es muy tendida y muy bonita. Nos extrañó que con los coches que había abajo no hubiera mucha gente andando. Hasta el puerto son tan sólo 2,4 kms de agradabilísimo y seguro paseo.
Otra cosa, en cuanto a claridad del recorrido, es cuando llegas al puerto de Piqueras, te encuentras con la vieja carretera, y te propones subir al Cabezo. Vimos la valla de alambre de pinchos que separa Soria de La Rioja, vimos unas pisadas en la nieve bastantes profundas a su derecha y tiramos por ahí. Cien metros más adelante los que habían intentado subir sin otro medio que sus botas, se dieron la vuelta. En ese momento decidimos ponernos las raquetas y empezamos a abrir huella.
El terreno se llena de brezos y trato de seguir la pista de unos animalillos que han bajado por donde más limpio estaba:
...pero como mi colega se queja del terreno, hago un acercamiento a la valla y veo que por la vertiente soriana hay una huella de alguien que ayer u hoy ha subido con raquetas. Además, mirando hacia arriba lo único limpio que se ve es una diagonal blanca que imagino que es la del propio trazado de la valla. Cruzamos la alambrada con cuidado de no pincharnos y aunque en ese momento parece más limpio el terreno riojano que el soriano, echamos una sonrisilla para la afición:
La canal de quien había abierto huella no era tampoco ninguna maravilla pero se podía subir por ella:
Acarrear las raquetas desde la Venta hasta el puerto de Piqueras nos creó la duda (como siempre) de si no hacíamos el tonto cargando innecesariamente con ellas, pero recorriendo este tramo celebramos el éxito de haberlas traído y de habérnoslas puesto, pues de lo contrario no hubiéramos subido.
No es que hubiese mucha capa de nieve pero el problema es la irregularidad de la misma: en unos sitios pisas roca y en otros nos hubiéramos hundido hasta la rodilla.
La cima no se hace esperar y el vértice geodésico aparece entre un grupo de rocas del último repecho.
A pesar de lo bonito que parece el día, tuvimos mala suerte con el viento porque sopló fuerte de sureste y no pudimos disfrutar de la cima. Selfie junto al vértice geodésico, un par de fotos panorámicas y para abajo.
La cosa fue tan bien que hasta le hice un pequeño vídeo a mi colega:
Poco antes de llegar al puerto, donde hacía ya menos viento, encontramos un pino tumbado y dimos cuenta del almuerzo. Maravilla de restaurante.
Hechos ya al descenso con las raquetas fijadas en la parte de atrás, bajamos hasta la Venta con ellas puestas todo el tramo que habíamos subido con las botas.
Y aquí tengo que contar un pequeño contratiempo por si nos sirve de experiencia para el futuro tanto a nosotros como a quien nos lea. Poco antes de llegar a la Venta y viendo que apenas quedaba nieve me quité las raquetas y empecé a bajar alegremente con las botas. Craso error. Pisé unas rocas con un poco de nieve y agua, resbalé, y me di una culada contra la piedra de padre y señor mío ay ay ay. Qué dura que estaba. Y es que el agarre de las botas no tiene nada que ver con el de las raquetas. Hay que tener mucho cuidado cuando se cambia de pisada.
Con almuerzo incluido, muchas fotos, pasos de vallas de espinos y montajes y desmontajes de raquetas varios y en plan tranquilo, empleamos casi cuatro horas. Al llegar a la cima creo recordar que el reloj me marcaba una hora y tres cuartos. Son en total poco menos de 8 kms y 600+.
Muchos tracks proponen hacer la excursión circular y subir o bajar por el lomo siguiente al barranco del nacedero del río Piqueras, es decir, por el más occidental. Pero viendo la ausencia de huellas y la poca gente que gusta de andar por estos sitios en días de invierno (en el tramo superior de la ascensión no nos encontramos a nadie), preferimos bajar por donde habíamos subido. Dejo aquí la foto del recorrido sobre el mapa con relieve de google earth y la peliculilla que últimamente nos hace el Suunto.