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jueves, 23 de septiembre de 2010

60. JOCHBERG, 1.565 m. (5,5k 715+) Baviera, Alemania



La principal dificultad del Jochberg, Baviera, no es su altitud, ni lo escarpado del terreno, ni las nieblas que lo cubren, ni ningún otro escollo montañero que se puedan imaginar. La mayor dificultad para subir al Jochberg es..., ¡encontrar aparcamiento! Al menos en un domingo de verano como el del 8 de agosto de este año. En el doble aparcamiento que hay junto al comienzo del sendero era imposible entrar y en el que hay más arriba a unos quinientos metros de carretera, justo encontramos un huequecillo cuando yo ya desesperaba. Estas son pues las dos fotos del duro comienzo de excursión:



A pesar de su escasa altitud, el Jochberg es un clásico de la montaña prealpina alemana (como la Peña Oroel en Jaca de nuestro Pirineo más o menos), pues además de lo limpio de su silueta según se ve bajando hacia el Sur (foto de arriba), tiene la gracia de estar ubicado entre dos lagos: al Sur el  Kochelsee y al Norte el Walchensee.



El camino más corto para subirlo parte de la carretera que une ambos lagos, por detrás y a la derecha de la cumbre según la misma foto de arriba. Este es el punto de partida junto a la carretera a 850 m:





Y éste el húmedo y oscuro bosque por donde se interna el sendero y por donde transita la mayor parte de la ascensión:



Cuando se sale del bosque, ya muy cerca de la cima, se disfruta de una maravillosa vista hacia el sur: el Walchensee debajo, y al fondo (con un poco de teleobjetivo), el macizo rocoso del Zugspitze encima de Garmisch Parterkichen.



Sólo en algún momento en que el sendero se acerca a la cresta y definitivamente ya en la cima, es cuando se contempla a sus anchas el Kochelsee y la gran planicie que se abre hacia el Norte (como diría Carlos Lloret, todo llano ya hasta los Urales).



Las indicaciones dicen que la ascensión cuesta 2 horas. Nosotros subimos calmadamente los 715 metros de desnivel (nos adelantaron unos cuantos montañeros prisurosos), y aún así lo hicimos en 1 h 50 m.

En la cima, aparte de la cruz hubo unos graciosillos que nos estropearon la foto familiar, pero como estamos muy alegres y no hay más, pues aquí que la pongo:



La nube que se ve por detrás se echó encima de nosotros y justo llegamos al caserío refugio (Jochbergalm) que hay en la parte de atrás del cono de la cumbre antes de que empezara a llover



Pero como no paraba, y no era cosa de esperar al invierno allí, nos pertrechamos de impermeables y paraguas, y para abajo



Ni en Escocia hemos pasado un verano tan lluvioso. Qué cantidad de agua ha podido caer allí durante el mes de agosto. Como para cinco trasvases del Ebro. Aparte del aparcamiento, esa es la otra dificultad importante cuando se va al monte por aquellos pagos. Como difícil fue también encontrar un día luminoso en el que hacerle una foto para la presentación. Pero también lo logramos, y a la foto de arriba me remito.

sábado, 13 de septiembre de 2008

26. EL FELDBERG, 1.493 m, (6k 250+) Selva Negra, Alemania.



¿Vale la pena contar la historia de la ascensión a un monte en un día de niebla en el que no se ve absolutamente nada? Bueno, hay algunas excursiones hechas en esas condiciones que ya he contado, como la vuelta al Midi d´Ossau (v Montes 8), o alguna otra que otro día contaré, como la del Ohry, o una al San Lorenzo en la que no sabíamos hacia donde bajar. Pero ¿vale la pena si la excursión es a un monte al que suben cientos de miles de personas al año y al que se llega a la cumbre por ¡un caminito asfaltado!? Pues hombre, ya que es el punto más alto de la Selva Negra y que la ilusión del día anterior es como la de cualquier otro día previo a subir al monte, pues no le vamos a negar el derecho a estar en este blog; y más que nada por lo original que resulta que la única vista general de la excursión es la del cartel que fotografié a mitad de camino.

La cumbre del Feldberg es un largo lomo herboso tan suave que la verdad es que invita a recorrerlo aunque sea subiendo con el teleférico. Supongo que lo bonito debe de ser subirlo desde Friburgo en una larguísima caminata, pero a falta de más información nosotros lo subimos desde la estación de esquí más próxima, eso sí, sin tomar el artilugio mecánico. La idea era subir cerca de sus pilonas para no perdernos, pero como los alemanes tienen las pistas de esquí protegidas con vallas tuvimos que dar con el sendero lateral que, por lo menos, tiene la virtud de arrancar entre vegetación de bosque. El altímetro marcaba 1.245 mts en la salida y los carteles decían que hasta la cumbre había 2,8 kms, así que eso es lo que hicimos: unos 250 mts de desnivel. Con el fresquito de la niebla y el viento lateral que pegaba, mi colega puso la directa y en 50 minutos estábamos en la cima.

La suerte que tuvimos es que con lo pronto que era y la niebla que había, en el teleférico no subía nadie. Estar solos en la cima del Feldberg debe ser toda una hazaña. Y es que si en el cartel de la panorámicas dice que a la cima del Zugspitze (el pico más alto de Alemania, 2.960 m) suben unas 700.000 personas al año (en el teleférico, claro), a la del Feldberg no quiero ni imaginarlo. Cuando regresamos a almorzar en el coche (único sitio protegido de la pegajosa neblina) una caravana continua de coches llegaba a los pies del teleférico y se daba media vuelta.

Bueno, pues estas son las fotos de la excursión.
1) mi colega en el primer tramo de subida:



2) llegando a la altura de las últimas pilonas del teleférico:


3) la antena cercana de la cumbre que está llena de carteles que dicen Halt, Verboten y esas cosas tan agradables de ver en el monte:


4) yo en la cumbre con el pelo como un repollo:



y 5) mi colega bajando por el caminito asfaltado que hay entre la cumbre y el final del teleférico:


Ah, y en cuanto a las incomparables vistas que se tienen mirando hacia el Sur, desde tan gozoso paseo, estas dicen los carteles que son (de Este a Oeste):




La fecha de la excursión: 3 de agosto del 2008.

Y un consuelo final: es posible que la única forma de que algunos montes puedan aún parecer montes sea subirlos con niebla.