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martes, 29 de abril de 2014

151. VALDEOSERA (12k 350+) desde San Román de Cameros



Hace ya mucho tiempo que tenía curiosidad por visitar este ilustre lugar donde se reúnen una vez al año los diviseros del Solar de Tejada para seguir dando vida a una de las instituciones más antiguas de la nobleza española. Pero con todo lo famoso que es (o con todo lo que sale en los periódicos) nadie hablaba nunca de cómo llegar hasta allí de una manera digna y noble, o sea, andando. Por supuesto que ya había visto que desde Hornillos sale una pista para coches todo terreno, pero no me hacía ninguna ilusión recorrerla a pie. Fue mirando rutas de wikiloc que encontré hace poco un par de tracks que decían que los vecinos de San Román habían arreglado el sendero desde Velilla hasta la antigua Tejera, y que desde allí, aprovechando  viejos senderos se podía llegar hasta Valdeosera. Los dos tracks subían hasta Valdeosera por el mismo sitio pero a la hora de bajar, uno iba por el lomo de las antenas y el otro por el fondo del barranco. En total venían a ser unos 12 km de recorrido y 340 metros de desnivel (de 815 a 1155). Con esos datos hice nuestro plan y el domingo 27 de abril del 2014 nos pusimos a realizarlo.


Dejamos el coche poco antes de llegar a San Román de Cameros, en una vieja curva del antiguo trazado de la carretera de donde sale la pista que va hacia la aldea de Velilla cruzando el Leza por un puente muy útil pero, ay (ya siento decirlo), bastante feo:


Y es que el pobre no resiste la comparación con el que hay dentro de Velilla en una bifurcación bien señalizada con carteles de madera: cruzando el puente se coge el sendero a la Tejera, y por la margen derecha del arroyo hay indicado un sendero directo a Valdeosera por el que casualmente (?) nadie ha marcado ningún track.


El sendero junto al arroyo es delicioso y como decían los colegas de wikiloc, está señalizado de tanto en tanto con un poste de madera en el que hay clavadas unas tejas con unos números:


El piso estaba algo embarrado porque había llovido el día anterior, pero nosotros habíamos acertado poniéndonos las viejas botas en vez de las modernas zapatillas de trecking.


En este tramo salen pequeños senderitos a izquierda y derecha pero casi siempre es fácil escoger el bueno. El punto clave está en un cartel de madera (dios quiera que dure) que te saca del fondo del barranco y te manda ladera arriba. El sendero se empieza a perder y las tejas ya han desaparecido, pero por suerte aún se mantienen los postes donde las clavaron.


Pasado un claro donde aún se puede ver otro poste sin teja...:


... se llega a un bosquecillo en el que enseguida se ve la tejera. Son 2 km justos desde la salida. 


Para dar la escala, Rosalía posa en las bocas del horno:


... y yo en la puerta de la sala de cocción:


El problema propiamente dicho de la excursión empieza de la tejera en adelante, porque trochas de ganado hay muchas, pero viejos senderos, ninguno.



Los tracks de los senderistas de wikiloc iban, igual que nosotros, por un bosque de robles bastante abierto, tratando de conducirse lo mejor posible para ganar el cordal del valle, pero no siempre estaba claro por donde evitar los tradicionales arbustos de pinchos. Como nos cruzamos con varios caballos y alguna vaca, empezamos a sentirnos más como animales salvajes que como senderistas.


La belleza del bosque en un día de abril nos animó mucho pero en tiempo más seco y caluroso, me da que no hubiera sido tan agradable. Un kilómetro y pico después de la tejera llegamos al cordal y pensamos que ya había pasado lo peor, así que lo celebramos haciendo un par de fotos en lontananza: una al propio cordal con su valla divisoria de jurisdicciones y con Muro de Cameros al fondo...:


... y la otra (o acaso esta la hicimos un poco más adelante y a más altura) con Santa María abajo, el Cerroyera con sus antenas detrás a la izquierda, y ese collado del fondo a la derecha que bien puede ser Peña Puerta por detrás, es decir, justo el destino de la anterior excursión de este blog:


Al llegar a la valla dudamos entre cruzarla o no porque parecía que por el lado sur iba a estar el terreno más limpio, pero como por la vertiente norte había bosque y estaba más bonito, optamos por quedarnos en este lado, aunque en más de un momento en que el bosque se espesaba, nos arrepentimos:


Subiendo por el cordal llegamos hasta un punto en que la cosa se puso fea y acabamos cruzando al otro lado (km 4,3 aproximadamente del mapa de nuestro track que pongo un poco más adelante). Cogimos entonces un sendero bastante limpio que enseguida gira a la izquierda proporcionando una bella vista en balcón del barranco para girar luego a la derecha y encontrarse con un rústico camino que viene de la pista de Hornillos y va a las antenas del otro lado del barranco. Cruzamos ese camino y seguimos de nuevo por entre claros del bosque y sin sendero alguno, más o menos guiados por las cabras que pastaban por allí, hasta avistar al fin el despoblado de Valdeosera.


La impresión que nos causó Valdeosera fue bastante decepcionante pues está tomado por una zafia manera de organizar la ganadería y a duras penas se defiende del ganado suelto con vallas de mal gusto.

Almorzamos sentados en el suelo al abrigo de un muro de una nueva construcción (ver foto de presentación del post) porque tiraba un fino cierzo y el banco que han construido los diviseros en frente de la iglesia ni siquiera está al resguardo (...). La bucólica foto que hice del despoblado al salir no refleja en absoluto el estado de dejadez y fealdad en que se encuentra tan ilustre lugar, pero ya os supongo avisados del poder de engaño de la fotografía y de la naturaleza para cambiar cualquier impresión real:


Poco antes del pabellón que vemos en la foto anterior había una alegre señal de madera indicando el sendero a Valdeosera, pero no habíamos andado ni cien metros y ya habíamos dado con otras vallas para el ganado que cruzamos por donde pudimos perdiendo el sendero (si es que lo había).


Para ganar el camino que lleva a las antenas tuvimos que volver a navegar por entre los claros del bosque tirando finalmente hacia arriba (km 7), para acabar justo por donde habíamos venido. Pongo ya los mapas del track para que no tengáis que andar subiendo y bajando demasiado para verlo:



A partir de ahí ya no hay problema porque el camino va hacia el norte y aunque al principio no sabes muy bien donde estás porque no se ven las antenas que sirven en todo momento de referencia...


... enseguida aparecen al fondo y ya te sientes más tranquilo:


De todos modos yo fui todo el rato (km 8) mirando a la izquierda por ver si encontraba el sendero que baja por el fondo del barranco hasta Velilla pero...., nada de nada. Cruzamos una valla para el ganado y en cuatro pasos (kilómetro y pico) llegamos hasta las antenas. Y es que... cuando no hay dudas en el camino, los kilómetros son poco más que cuatro pasos ja ja ja.


Desde las antenas a Velilla el sendero que va por el lomo es bastante empinado pero muy limpio y con excelentes vistas del final de la excursión:


No sé cómo estará de limpio o caído el sendero del fondo del barranco y cómo de clara estará la salida al último tramo que lleva a Valdeosera pero hasta que me anime a hacerlo o hasta que alguien lo marque con un buen track o unas buenas señales, para llegar sin pérdida a tan noble lugar yo aconsejaría ir por aquí.


Tras turistear un poco por el exterior de la cerrada iglesia y por el interior del excesivamente reconstruído lavadero de Velilla, cruzamos de nuevo el Leza y la cámara se me fue (ay ay) a las genuinas vallas ganaderas que adornan las choperas de su cauce.


Perdonad la debilidad pero es lo que tiene salir al monte para huir de la arquitectura... Y es que, como en casi todas las excursiones por el monte riojano, te queda siempre una agridulce sensación de la maravilla de recorridos que hay y lo poco cuidados y señalizados que están.

Os dejo aquí nuestro track por si queréis hacer el animalillo sin perderos mucho y pinchándoos lo mínimo. Y como dato orientativo de la diferencia de claridad en el recorrido: las 2 horas de la subida, y la hora y cuarto (con turisteo incluído) que tan solo nos costó la bajada.

martes, 3 de abril de 2012

90. CUCURUCHA, 1.151 m. (8k 450+). Soto de Cameros.



En la excursión al Cerro de los Gardachos que conté en el post 54 vimos un sendero muy bonito que corría por la solana del cerro de Cucurucha y ya entonces pensé que algún día lo recorreríamos y que subiríamos a aquella otra cima sobre Soto de Cameros, pero tras ver en google earth que el sendero que corre por la pared Este del cañón del río Leza podría proporcionarnos un bonito recorrido circular con cima en el cerro, decidí que ese sendero en solana lo haríamos en el descenso.

Y de ese modo, tras dejar el coche en el parking que está junto al río y subir zigzageando por las empinadas calles del pueblo hasta la ermita de la Virgen del Cortijo, avistamos la entrada al sendero que llaman de la Peña de la Mora y que está bastante marcado y señalizado por la existencia de un par de yacimientos de huellas de dinosaurios.


El trazado del sendero es extraordinario y las vistas hacia el requiebro del Leza cuando sale de Soto, impresionantes, peeeeero, ay, ay, siempre la manaza de la gente más bruta: mirad que barandillas con alambre de espino han colocado a ambos lados del sendero. De premio.


Bueeeeno, para consolarnos un poco, echamos un vistazo al fondo del barranco:


Unos pasos más adelante está el indicador del primer yacimiento de icnitas. No nos entretuvimos mucho en él, lo justo para que Rosalía pusiera su mano al lado de la huella de algún tridáctilo pequeñuelo.


Justo en el aviso del segundo yacimiento sale un viejo sendero hacia arriba a la derecha al que hay que entrar por un estrecho zigzag para impedir el paso de animales. Afortunadamente los alambres no eran de espino pero en otro que encontramos más arriba ¡sí lo eran! con lo que tuve que ponerme la mochila encima de la cabeza para no desgraciarla. Qué merluzos. Bueno, a lo que vamos, en la bifurcación no hay indicación alguna y el sendero que sube a mano derecha está bastante abandonado, pero mi intuición montañera me dijo que era por ahí, y acerté. Y encima, dejamos de ir entre alambres de espino (!)


El sendero que dejamos a la izquierda y que más o menos mantiene la cota, pasa por debajo de la Peña Mora, que es la que se ve al fondo esta foto.


Más o menos a esa altura, estamos justo enfrente del mirador del barranco que hay en la carretera, así que, como casi siempre hay gente en él, escuchamos los saludos que nos hacían desde el otro lado del valle.




Poco antes de llegar a la altura de Peña Mora, nuestro sendero zigzagea para superar una lastra y gira a la derecha introduciéndose en una curiosa hondonada de antiguas fincas abandonadas que en el plano del Servicio Geográfico llaman "solana de Bolais".


El sendero está casi abandonado y al llegar al fondo de esta imagen gira a la izquierda pero nosotros intentamos seguir más o menos la diagonal que se ve en la ladera de enfrente para llegar a los corrales que se adivinan justo en el lomo del monte en el extremo derecho de la foto.

Según íbamos subiendo por esa diagonal echamos la vista atrás para gozar de la aparición del pueblo de Trevijano, colgado en los montes del otro lado del Leza:


La posible traza de un sendero se acaba y hay que ir subiendo por los restos de los viejos bancales con toda la hondonada a la vista.


Es un lugar que emociona bastante con solo imaginar la de vida que debió de tener en otros tiempos. Os lo pongo también con la vista aérea del Google Earth para que os hagáis mejor a la idea de su curiosa orografía.



Superados los últimos bancales llegamos a los corrales llamados de Valcárcel y al lomo de la Cucurucha donde al fin pisamos un poco de prado verde.


Mirando hacia el noreste conseguimos distinguir las ruinas de lo que fuera el pueblo de Villanueva de San Prudencio en las faldas del monte de Zenzano:


Ya solo quedaba darse un paseíto por el lomo del Cucurucha para llegar a su cumbre, que no tiene buzón ni vértice geodésico.


El reloj marcaba hora y media desde la salida y el GPS poco más de cuatro kilómetros y 1.151 mts de altura, por lo que le desnivel desde Soto (700 m) es de 451 mts, lo que no está nada mal. Con el día que hacía no hubo que bajar de la cumbre para almorzar, y allí mismo le dimos al vino y los mejillones, dieta infalible para un feliz día de monte.



Acabando la botella tuvimos visita. Dos jóvenes parejas andaban por allí algo perdidos sin saber como bajar a Soto. Nos mostraron el mapa que llevaban, ay, ay, uno de aquellos ecológicos "Paseos por la Naturaleza" que editó la Consejería de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Gobierno de la Rioja, es decir, la guía perfecta para no llegar a ningún sitio y perderse en el Monte. La miro y me parto de risa de lo poco que se ajusta a la realidad y de lo mal contado que está. Mucho hablar de especies vegetales y animales y poco de las indicaciones para no perderse.


Los muchachos llevaban tres horas andando y sólo querían bajar rápido a comer, asi que les indicamos que descendieran hasta el corral de Zorraquín para tomar el sendero de la solana por el que también pensábamos bajar nosotros, cosa que hicieron tras la preceptiva foto de nuestro encuentro y el aviso de que saldría en este blog. Aquí están:


Nosotros tampoco tardamos mucho en bajar porque ya tenía ganas yo de hacer esa senda, y más con los ánimos que siempre da el vinillo. Por el lomo del monte descendimos hasta el corral de Zorraquín, y por la ladera en hondonada hasta un par de abrevaderos de hormigón. Desde la cima habíamos visto con los catalejos que junto a los abrevaderos había un cartelito blanco como indicador de camino, pero una vez allí no hubo forma de encontrarlo y hasta dudamos un poco a la hora de tomar el sendero que baja a Soto, pero una vez encontrado, justo en la ladera derecha, ya no tiene pérdida. El paraje es árido y duro, y subirlo en verano tiene que ser horroroso, pero bajarlo tras haber diseñado tan buen circuito circular fue toda una gozada:


Y la llegada a Soto, digna como ninguna de un blog que se llama Montes y Arquitectura. 



Al llegar a las primeras casas estuve buscando alguna referencia o algún cartelito que dijera "sendero a los corrales de Zorraquín" o algo así, pero no había más que unas despintadas marcas blancas y amarillas que no se sabe quien marcaría algún día. Por si alguien quiere hacer este circuito al revés, pongo una foto de la última casa del pueblo en donde empieza:


Bajamos en una hora justa y lo celebramos en la terraza del bar de la plaza. El GPS cerró el circuito en poquito más de los 8 kms.

Regresando a Logroño paramos en el mirador del cañón del río Leza a contemplar la zona por la que habíamos subido unas horas antes. La Peña Mora, arriba a la izquierda, y el Cucurucha, probablemente, ese piquito que aparece al fondo a la derecha.


Y como no podía ser de otro modo, también le hice una foto al barranco del río Leza por si me lee alguien de fuera y aún no lo conoce.


 Excursión realizada el domingo 1 de abril del 2012.