Hace unos cuantos años subimos desde Santa Lucía al Cabi-Monteros, pero como sabíamos que desde su cima metida entre pinos no se veía nada y encima había niebla, nos llegamos a lo que llaman Cabezuela del Cabi-Monteros o las Majadillas, donde hay una caseta y una gran antena a modo de señalización de la cima (1.318 m). Luego pusieron los tremendos molinillos de viento por toda la cresta y quedó... hecha un cristo, pero en fin, a lo que vamos: que aquella primera ascensión está sin contar (meteré en esta las fotos para no duplicar) y que ayer domingo, 6 de abril del 2014, volvimos a subir allí pero desde la parte de atrás, es decir, desde Robres del Castillo. Por aquello de contar dos en una, pongo primero la ruta seguida desde Santa Lucía:
Como Robres y Santa Lucía están a igual altitud (715 m) el desnivel a superar es el mismo, 600 m. La distancia es un poquito mayor desde Santa Lucía, pero no mucho más. De todos modos ninguna de las dos rutas es una maravilla aunque el monte siempre lo es. Y lo digo porque en ambos casos hay demasiado camino (aunque afortunadamente no transitado) y poco sendero.
Pero bueno, vamos con la descripción de la subida desde Robres y con las fotos de los puntos más bonitos.
Al dejar el coche en Robres ya se ve una pista de cemento que sube al depósito de las aguas camino de San Vicente, pero afortunadamente aún se conserva el sendero que da la vuelta a ese primer alto, con marcas de GR, por lo que lo no dudamos en seguirlo y hacernos sendas fotos de inicio de excursión.
Llegados a la altura del depósito tomamos el camino que nos llevará hasta la cumbre y que como es bastante pendiente y no tiene firme de pista, no lo usa casi nadie. En su primer tramo pasa por tierras color de hierro. Menos mal que a los del progreso industrial no les dio por cogerlo de aquí porque hubieran dejado el monte patas arriba.
Como amantes de las formas arquitectónicas de las montañas, nuestra referencia visual o nuestra búsqueda de perspectivas en este trayecto siempre es el lado izquierdo (o norte) mirando las cimas del Tejedo y el Cabezo o Alto Redondo, cuyas ascensiones ya han sido contadas en este blog:
A los tres kilómetros pasamos por debajo de San Vicente de Robres que dejamos a nuestra derecha para visitarlo en la bajada.
Un poco más adelante había una gran arboleda junto al barranco que baja de los hayedos, pero este invierno le han pegado una limpieza a fondo y lo han dejado desmochado:
A partir de ahí el camino se empina. Dejamos a mano derecha un camino muy bonito y poco fiable que se interna en el barranco de otro hayedo. Lo hubiera cogido a gusto pero ya vi en google earth que no tenía salida a la cumbre (o si la tiene, no se ve):
El camino bueno se sigue empinando y ganando altura, cosa que se aprecia mirando hacia atrás. Al fondo se empiezan a ver las nieves de Cebollera. La sensación de ascensión es muy diferente que en un sendero, pero es lo que hay:
El final de la ascensión no se divisa hasta que estás prácticamente debajo de los molinos de la linea cumbrera:
Lo primero que te encuentras allí es algún coche que ha subido por la pista de la Villa de Ocón con abuelas, padres y niños jugando alrededor. No me molestan pero tampoco me alegra mucho compartir la cima con quien no se ha esforzado lo más mínimo por lograrla. A la derecha se ve la torreta del Cabi-Monteros metido en su pinar y a la izquierda, la antena de "las majadillas", donde estuvimos la otra vez. Como se ha visto en la foto de presentación, optamos por esta última y Rosalía se empeñó también en sacarme una foto a mí:
Y otra con el San Lorenzo nevado que sólo se ve cuando se llega a la cumbre:
Y otra más de la línea blanca de los Pirineos Occidentales, que como en todos los días claros, se veía muy bien:
Almuerzo con esa vista de ensueño, y para abajo con tranquilidad buscando alguna perspectiva imposible en que se vieran el Tejedo y el Alto Redondo juntos...:
Luego pasamos y paseamos por el rehabilitado San Vicente de Robres cuyas fotos de interior dejo para otro álbum (ay) y me quedo con la de los corrales y pajares abandonados de la salida hacia abajo:
Llegados al depósito de las aguas de Robres, esta vez elegimos la pista encementada para poder hacerle una foto aérea al pueblo:
Total tiempo de ascenso: 1h 40'
Descenso tranquilo en 1h 30'
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Y ahora vamos con las cuatro fotos que guardo de la subida desde Santa Lucía del 15 de agosto de 1994 (hace veinte añitos) con Chuchi (el yerno de Rosa y Felo) y el perro Tor.
La primera en la caseta del agua de Santa Lucía:
La segunda en la cima, donde todavía no había molinillos y nos hicimos la foto en otra caseta que ha desaparecido.
La tercera en el precioso camino verde que baja directo a la Villa:
Y la cuarta, almorzando en la fuente del Hilillo, antes de llegar a Fuente Tosca:
Guardo de aquella excursión un pequeño croquis algo confuso de la misma (mejor no hacer mucho caso) porque el Barranco de la fuente de Ventas Blancas es el mismo que hay que cruzar para subir a la Lomba, y la caseta de aguas está justo en su cabecera.
Se deduce del mismo que no subimos a la caseta de aguas por el camino del encinar (que desconocíamos) sino que cruzamos a la Lomba y salimos por arriba de la misma (!). Y es que en aquella época, cruzar el barranco era casi una aventura en sí misma y no existía el camino que luego se hizo para conectar con los caminos del encinar. Este sería entonces el itinerario que seguimos en la primera parte de la ascensión:
Tengo anotado que tardamos unas 2 horas en subir y otras dos horas entre bajar y almorzar. Y que sudamos de lo lindo (ya se ve en las fotos) porque en pleno agosto y con niebla, el bochornazo era de cuidado.