Ideal para iniciar a los peques en el monte o ir en familia, el Cabezo del Santo es una protuberancia muy curiosa en medio del marasmo de valles y lomas del Camero Nuevo. Fuimos allí en 7 de abril de 1996 invitados por Ernesto Reiner, y es un placer escanear las fotos y animar a hacer o repetir esta bonita salida montañera que no tiene pérdida: se deja el coche en el puerto de Peña Hincada (1.412 m), se echa a andar por la pista que sale en dirección sur y que va más o menos a cota o ascendiendo suavemente hasta ver la mole del Cabezo al fondo a la derecha. Y cuando se llega debajo del cono final de piedra (5 km desde la salida), pues para arriba (1.854). En total 6,5 km y 442 m de ascensión. La última parte de la subida sobre pedruscos sueltos tiene incluso sabor de alta montaña. O sea que, ideal para que la chiquillería se vaya haciendo una idea de lo que hay por allí arriba.
Y ahora las fotos escaneadas, que en aquella época aún no había cámaras digitales.
Momento de la salida (se ven los coches detrás). Niebla, frío y viento de abril.
Atacando al Cabezo después de haber dejado la pista atrás
Llegando a la cima por terreno de... alta montaña (!)
Dos fotos del grupo junto al buzón hechas con el automático, por si la primera hubiera salido mal.
Y otras dos fotos del almuerzo, porque eso de que te pillen tirando de bocado nunca queda bien.
Alegre descenso pisando nieve, para que parezca más alta montaña.
Y como en la subida se me suele olvidar hacer fotos de la cima, pues lo hago en la bajada.
Caras de alegría en el camino de descenso y saludos cordiales a los habitantes de la zona
Y para finalizar, otra perspectiva del recorrido: