Habíamos quedado hace tiempo para inaugurar en abril la temporada 2016 de kayak en el tramo entre las presas de Arrubal y Alcanadre, pero yo creía que el Ebro todavía bajaba bastante fuerte. El "capitán" (o sea, César Aguilar) dijo que ná, que con 180 metros cúbicos por segundo podíamos empezar, y allí que nos plantamos todo el "equipo" o sea, el "presidente", Carlitos Alvárez, recién nombrado idem del Ateneo, y yo, el "aprendiz", en el lado navarro del río, justo pasado una pequeña central bastante antes de llegar a Mendavia.
El punto de acceso al agua era un talud bastante empinado y no muy limpio pero el capitán dijo que... "esto es lo que hay" y por ahí nos metimos.
Para probar la fuerza de la corriente cruzamos la salida del salto de agua y remamos un poco río arriba por el más apacible costado contrario, entre ramas y troncos. En el track ampliado que grabó César y en sus primeras fotos se puede ver ese esforzado comienzo:
Luego cada cual eligió por cuál de los dos rápidos pasar las corrientes de la primera isla que se veía desde el punto de salida: el capitán se fue por la derecha, el presidente por la izquierda, y el soldado raso... ay, ¿por cuál? ¿a quién de los dos hago caso...? Como es poco discreto decir cuál de mis jefes lo hizo mejor diré que yo me fui contra la ínsula, la conquisté y... ascendí a cabo, si no a teniente (!).
A partir de ahí casi no dimos más paladas que las de coger el rumbo porque la corriente era tan fuerte que nos llevaba sola:
Descubrí así que si no estás atento, el Ebro te lleva por donde quiere porque tiene un montón de corrientes raras de izquierda a derecha o viceversa, completamente ocultas, y que tienen que ver con los reflujos de los laterales o con la imperceptible inclinación del lecho del río hacia uno u otro lado.
No por ello dejamos de contemplar y fotografiar una preciosa zona llena de nidos de cigüeñas:
En viendo tanto pájaro, el capitán bajaba tan feliz:
En el primer recodo fuerte donde la corriente te lleva contra la pared decidimos escapar por los canales de la izquierda en los que según César, en verano se puedes quedar encallado.
Un poco más abajo paramos a almorzar y pasado el segundo recodo algo más tranquilo, vino una nueva dificultad: había que elegir entre la derecha o la izquierda de un montón de ramas y a pesar de que el capitán estuvo por meterse contra la pared, al final los tres tiramos por la zona "tranquila" de la izquierda. Hay que tener cuidado en esos momentos y no esperar a elegir porque el agua te puede llevar contra las ramas:
Pasado ese intenso tramo, César nos llevó a un gran cañaveral de aguas quietas que era un maravilloso remanso de paz. Encima salió el sol y por poco...
...acabamos echándonos la siesta.
Quedaban por delante los últimos y espectaculares tramos de los Saltos de Aradón junto a la vía del tren donde la corriente apenas nos dejaba darnos la vuelta para hacer fotos más tranquilamente:
Para la salida, el Capitán había escogido una amplia playa en el lado navarro bastante antes de llegar a Alcanadre, porque en las proximidades de su presa sólo se veían zarzas y más zarzas en el google Earth.
En la última foto podemos ver al Presidente echando pie a tierra con sus faldas "de época" ji ji ji:
Excursión realizada el sábado 9 de abril del 2016