Acabado el verano he estado muy perezoso para volver al rocódromo de Jose (v Montes 160) pero justo fui un día la semana pasada y me invitaron a salir el sábado con otros principiantes a la Escuela de San Fausto cerca de Estella. Y como me venía de paso porque tenía un viaje a Pamplona a primera hora de la mañana, de vuelta del mismo, allí que nos acercamos mi socia y yo... solo para verlo, ejem, pero con los pies de gato en la mochililla..., por si acaso. Mi compa no pudo ceder a la tentación de trepar un poco porque la semana pasada se había hecho un esgince de tobillo, pero yo no pude resistirme a la invitación de probar esa magnífica roca con tantos agujeritos.
Para llegar a la zona de Pikutxis hay que ir hasta el pequeño pueblo de Eraul, cerca de Estella, y nada más llegar al pueblo girar 180º a la izquierda, tomar una calle encementada y luego un camino hasta un pequeño parking en el que apenas cabía un coche más el pasado sábado. Desde el parking se cruza una puerta metálica, se camina hacia arriba durante un kilómetro o así, y al llegar a la desviación hacia el mirador (encima de la roca) se toma a la izquierda una senda que conduce a la parte de abajo de la pared. Tal que así:
Las otras dos líneas de sombra inferiores poseen también sendos sectores de escalada, pero al parecer de mayor dificultad, ufff, así que tiempo al tiempo. La de arriba se llama Pikutxis y este es el esquema de las vías que he podido obtener gracias al blog de "sugandillak.blogspot.com"
Los primeros metros están chupados pero al llegar a la primera repisita pagas caro el poder apoyar los pies por entero pues lo de encima sobresale como una pequeña barriguita (!). Ay.., ay qué dudas, hay que estirar los pies y buscar presas por donde sea pero el primer paso siempre es largo...
...y es que la técnica buena es la de subir desde unos buenos apoyos de los pies. Lo malo es que uno no está hecho a los pies de gato y tiene mucho miedo a que resbalen. Al final no me queda otra que lanzarme hacia arriba como sea:
Superada esa tripilla hay una repisa más amplia que la de abajo, e Isa me dice que disfrute del estupendo panorama, pero... para panoramas estoy yo. Ya los veré desde el mirador, le digo, y me pongo a subir el último tramo que vuelve a ser bastante vertical, pero como ya tienes muchas ganas de llegar (¡y de que te bajen!) lo haces sin darte cuenta.
¡Ya está! Mi segunda pequeña escalada este año después de la de Calpe (Montes 154). Una vez abajo, rápidamente me quité los pies de gato no fuera que me dijeran de meterme en otra, pero mientras yo hacía la (2) Quiquiriquí, Jose fue colocando la cuerda en la (5), DRAGONCIO,
y como los colegas querían repetir más veces las dos primeras, no me quedó otra que ponerme los gatos otra vez y tirar para arriba.
Los primeros metros los hago ya como un experto en esa roca pero al llegar al borde superior, ay, ya me había advertido Jose que no hay presas para las manos y que hay que subir solo con los pies... Lo pasé tan mal para hacerlo que Rosalía debió de estar más atenta a si me caía que a hacerme fotos, y la siguiente está hecha ya por encima de ese paso difícil.
Desde la reunión superior hice la V de la victoria (o de ya van 2) pero justo una hoja tapó mi mano, ja ja ja.
Habrá que repetir... (y cambiar el ángulo de las fotos porque... ¡sólo se nos ve el culo!)
De todos modos aquí queda constancia de mi bautizo en San Fausto el 4 de octubre del 2014 y mi agradecimiento a Jose ("Macius"), Isa y al colega que me aseguró en la primera vía, y al que luego le hice también un par de fotos en la Quiquiriquí: