Más que una excursión, la idea de esta salida fue hacer una mínima exploración de las tres pequeñas cimas que se elevan al Oeste de Nájera y saldar así una vieja deuda que tenía con ellas, porque en los tres o cuatro años en que esta pequeña ciudad fue prácticamente mi casa, no me dio por subirlas. Fue además una excursión improvisada y debido a ello no se me ocurrió trazar un circuito que seguramente habrá o se podrá hacer mucho mejor. Pero así y todo y aunque sean ascensiones muy cortas de no más de 150 m cada una, resulta curioso el hacerlas volviendo cada vez al mismo punto de salida, es decir, el aparcamiento de la zona deportiva situado al final de la calle Costanilla.
Primero subimos a Malpica (abajo a la derecha), que es la cima más airosa. El camino está desdibujado en su parte baja por un circuito de ciclistas extrem pero no tiene pérdida. Comienza entre pinos y cuando se pone muy empinado, sale en horizontal y a la derecha a un sendero en cresta que lleva a la cima dando la espalda al Alto del Castillo que será nuestro segundo objetivo
La llegada a la cumbre es bastante empinada. La foto engaña:
No miré al reloj pero creo que no tardamos mucho más de quince minutos, es decir, bastante menos del tiempo que estuvimos en la cima, porque con las vistas que se tienen desde allí se te puede ir la mañana sin darte cuenta.
Esta es la vista hacia el Este y la siguiente, hacia el Oeste, es decir, que ahí puede verse al fondo el Alto de Nájera y a la izquierda el Alto del Castillo.
En esta foto del descenso se aprecia algo mejor lo empinado del sendero al Malpica. Imposible hacerlo en mojado.
Para subir al Castillo volvemos al punto de salida y nos llegamos hasta el depósito de las aguas. De allí sale un sendero entre pinos que nos lleva a la cima sin mayor problema. Lo bonito es mirar hacia atrás y ver el Malpica:
Como la subida no tiene mayor historia que la llegada a los restos de lo que fuera el Castillo de Nájera justo cuando se acaban los pinos, las únicas fotos son las de ese preciso momento:
En la bajada, y antes de ir al tercer objetivo, nos acercamos a las famosas cuevas de Pasomalo, (cien metros en horizontal desde el depósito de las aguas):
Pero, ay, al llegar al final de la barandilla, es con esto con lo que te encuentras...:
Bonito y edificante. Es decir, como para salir corriendo y volver al pinar que nos ha de llevar a la tercera y última de las cimas. Al poco de coger el camino (que sale a la izquierda poco antes de llegar al del portillo del camino de Santiago) hay una bifurcación perfectamente indicada. El camino de la derecha va al Alto y el de la izquierda va al Pasomalo, es decir, a dar la vuelta al alto del Castillo que hemos dejado atrás, con lo deduzco que esta excursión tiene variantes muy bonitas.
Pero nuestra subida también es muy bonita porque el camino llega a otro portillo espectacular con vistas hacia la Sierra de la Demanda y todas las tierras altas desde Anguiano a Ezcaray. A 29 de abril y estaba así de nevado.
En la cima del Alto de Nájera hay vértice geodésico y una caseta forestal rodeada de una fea y agresiva valla metálica que da verdadera pena. Además, y como es costumbre, los árboles tapan las vistas, con lo que lo único que apetece es marcharse de allí.
Digo yo que las cimas son lugares sagrados y que deberían ser tratados con el máximo cuidado y respeto. Con la mayor sensibilidad. Pero me da que eso es mucho pedir.