domingo, 19 de abril de 2015

181. VERBIER. RUTA DE LA MARLENE (7k, 300+)



Para el tercer día en Verbier pensé ya en una ruta de medio monte con la idea de hacer algo sencillo y andar un poco por la nieve. Desde la ventana del chalet se veían tentadores los caminos en falda que van desde la parte baja de la estación de Savoleyres (justo en el borde derecho de la foto) hasta más allá de la Pierre-Avoi (ese peñasco que marca el punto más alto de esa zona en 2.473 m). Y como vi en wikilok que por allí había itinerarios de raquetas que se internaban en el bosque, abrí el endomondo y tracé una sencilla ruta de 6 kms (que luego fueron casi 7) con algo más de 200+ de desnivel (que luego fueron casi 300+  acumulados) y que se inicia justo cuando se acaba la pista asfaltada (llamada ruta de la Marlene) debajo del funicular de Savoleyres (línea de puntos rojos a la derecha del track).


Un camino así en balcón ya valía la pena hacerlo tan sólo por la vistas sobre Verbier y la zona por donde habíamos esquiado los dos días anteriores.


Teresa y Josema iniciando el recorrido.


Y por delante, Fernando, Elena y Rosalía (con Josema y Teresa incorporados ya al pelotón)


A 1 km de la salida empezamos a pisar nieve y encontramos a la izquierda el camino por el que luego regresaríamos.


Cuatro pasos más adelante, aún sin llegar al bosque, y ya todo el camino estaba cubierto con nieve, afortunadamente blanda, porque en la noche no había llegado a helar.



En un recodo del camino aparece una casa muy bonita que resulta ser un bar restaurante pero según parece, sólo para el verano porque estaba cerrada a cal y canto. El perro de la foto es de una señora que subía detrás nuestro.


Antes de meternos en el bosque, una paradita para ver todo Verbier y la parte central de su estación de esquí.



Sin apenas darnos cuenta nos vemos ya en una zona en que los espesores de la nieve son considerables.



En encrucijadas como esta lo mejor es llevar el track en el móvil porque la pista se había acabado y no estaba está claro por dónde había que seguir.


De vez en cuando alguno (sobre todo yo) metía el pie hasta la rodilla (!) ... por salirme del mismo a hacer alguna foto. Todavía no hemos aprendido que las raquetas son también para la nieve primavera.


Hubo tramos, como este de la foto en que parecía que anduviéramos por una cresta afilada, con mucha caída a la izquierda o... a la profunda zanja de la derecha.



La zona está decorada con muchas esculturas figurativas hechas en restos de árboles, como este gran tulipán, o esta simpática marmota:



El sendero estrecho sigue hacia arriba pero nosotros ya habíamos llegado al punto en que llega una pista que sube zigzagueando desde la parte baja de Verbier. Es el GPS de Fernando, una vez más, el que nos ayuda a tirar por la izquierda:




Nieve en buenos espesores y muchas veces blanda con riesgo de meter la pata, pero el paseo por el bosque resultó ser formidable.




El camino pasa por encima de una gran roca en medio del bosque que se ve desde Verbier:


Cuando salimos del bosque pasamos junto a algunas de esas cabañas con las que yo he soñado para huir de la navidad (v. edificiosLHD n64)




O de la Semana Santa, que también es época de mucho trasiego. Pasadas estas casas toca subir un poco por el camino hasta reencontrarnos con el de la salida y cerrar el circuito.

Aquí lo pongo otra vez, marcado sobre el plano de relieve de Google Earth. Un paseo muy bonito y muy sencillo. Lo único complicado, claro está, es llegar hasta Verbier.


jueves, 16 de abril de 2015

180. VERBIER. SUIZA. ESTACIÓN DE ESQUÍ



Hacía tiempo que no ponía una estación de esquí en este blog, así que para celebrar el regreso a estos singulares sitios de deporte, paseo, monte y turismo, vuelvo a lo grande con una de las estaciones más famosas del cantón del Valais que es como decir de Suiza. Ideal para ir en Semana Santa porque el pueblo que la soporta, Verbier, esta a 1.500 metros y por estas fechas aún conserva bien de nieve.


El dominio esquiable de lo que llaman los 4 valles es inmenso pero en primavera no están muy claros los enlaces entre valles, y como lo nuestro no era verlo todo sino disfrutar de la estancia en la nieve y subir al mirador del Mont Fort, con Verbier tuvimos más que suficiente.


El sistema de funiculares/huevos que te sube desde el mismo pueblo está muy bien porque en caso de cambio de tiempo te permite regresar sin mayor problema. Nosotros empezamos en lo sencillito es decir en la zona de La Chaux (2.260m), pero enseguida empezamos a cansarnos de su lento telesilla (mala instalación para tan famosa estación: en invierno se pueden pelar de frío en ella):


Mejor por tanto subir a Fontanet (2.482m) en una rápida telesilla desembragable de a seis, aunque las palas de salida fueran rojas:


El descenso desde Fontanet hasta Verbier es una gozada de casi mil metros de desnivel, un poco de rojas arriba y el resto de paseo:


Pero el plato fuerte de la estación está en subir a los 3.330 metros del Mont Fort en grandes funiculares y recrearse en su amplio mirador:


Como en las fotos panorámicas no se ve gran cosa, vamos por partes. La aguja afilada que se ve en dirección este es el Cervino:


Ponemos un poco de zoom y lo vemos mucho mejor:


A un paso de Verbier, al otro lado del Valais en dirección sur, el Grand Combin de 4.314 m (para éste no hace falta zoom):


Y un poco más a la derecha, o sea, al suroeste ¡el Mont Blanc! 4.810 m:


Vale sí, no os engaño. No está tan cerca, pero tampoco tan lejos como se ve en la siguiente foto por efecto del gran angular (y es que Rosalía quería salir con la mejor pieza de todas)


Los casi cuatrocientos metros de descenso desde el Mont Fort hasta el Col des Gentianes se pueden hacer por esta pista negra que se inicia por una zona de grandes bañeras pero que después ya está pisada:


La bajada desde el Col de Gentianes a La Chaux recorre todo un gran valle y la tienen estupendamente pisada. Vista la parte más alta de la estación, nos tocó luego explorar la zona de Attelas (2.727 m) que tiene un lago que aún estaba helado (y nevado). Foto de todo el equipo delante del plano blanco del lago:


Queda contar algo del pueblo, que no todo va a ser esquiar. En líneas generales está mucho mejor que cualquiera de los complejos de bloques que hay en Francia o España pero la plaza de la parte nueva, ay,  es una rotonda...


Del núcleo del pueblo original apenas quedan cuatro casas y una iglesita. En ese aspecto, tiene mucho más encanto nuestro Valle de Arán.


En cuanto a arquitectura lo mejor son las cabañas en medio del monte, pero de ellas ya contaré algo en el siguiente post. De momento os enseño el "chalet" donde alquilamos el apartamento, justo al lado del remonte de Medrán por lo que nos quitábamos los esquís en la puerta de casa.