lunes, 25 de marzo de 2013

115. EL HOCHBURG DE SEXAU en bici (40k) desde FRIBURGO



Ya que nuestras hijas han tenido que emigrar hacia el norte porque el talento en España está muy mal visto, cada vez que voy a verlas aprovechamos para hacer alguna excursión dominguera de exploración por los alrededores de sus respectivas ciudades. Y si en octubre Elena nos indicó el pasado mes de octubre una bonita excursión desde Neuchatel al castillo de Valangin (v Montes 108), esta vez ha sido Teresa  la que en el primer día de finales de este invierno del 2013 me organizó y me llevó desde Freiburg im Breisgau, pero esta vez en bici, hasta otro hermoso castillo en ruinas situado en un pequeño alto, el Hochburg de Sexau.

El mapa que he podido sacar del track que nos hizo Endomondo no tiene mucho detalle y el retorno por Emmendingen y el cauce de su río lo he tenido que dibujar a mano porque se nos olvidó volverlo a poner en funcionamiento después de la visita al Hochburg, pero para hacernos una idea ya vale. Fueron casi 18 kilómetros de ida y supongo que dos o tres más con la vuelta del retorno, así que redondeando, pongamos que 40, lo que para un culo no acostumbrado al sillín de la bici ya es bastante, ay.


Andar en bici por Alemania es un lujazo. Hay caminos tranquilos por todos los sitios, muchos de ellos bien asfaltados, como el que llevamos desde Friburgo hasta Gundelfingen.


Entre Gundelfingen y Denzlingen el camino va junto a la carretera, pero ya veis de qué maneras:


Pasado Sexau ya se ve el Castillo en lo alto de una colina y hay que estar atentos para dejar la carretera, cruzar el río, y empezar a subir por el camino a media ladera. Nosotros nos pasamos esa desviación pensando que más adelante también se podría subir, pero entre un prado que había que cruzar y que estaba muy húmedo por las nieves recientes, y la subida en fuerte pendiente que se adivinaba al final...


... optamos por volver hacia atrás para coger ese camino en ladera. Entre las fotos, las paraditas y la equivocación, al final empleamos hora y media llegar.


Desde esa pequeña colina se tiene una espléndida vista sobre el cercano Kandel, de 1.241 m. que aún tenía mucha nieve, y al fondo (no se aprecia en la foto) también se veía la cima nevada del Feldberg, 1.493 m., que también salió un día es este blog (v Montes 26).


Habíamos quedado en el Hochburg con Johannes y Sina, dos amigos de Teresa que nos enseñaron otro camino para que la vuelta se nos hiciera más amena, y para hacer el avituallamiento con Bratwurst y Weissbier en la plaza de Emmendingen.


El regreso por los caminos que hay junto al cauce del río es, para un españolito de secano y tente tieso, algo verdaderamente espectacular, lo que pasa es que Johannes y Sina nos llevaban muy rápido y no daban opción a más fotos que esta que les pude hacer en una paradita en un puente que cruza el río antes de llegar a Denzlingen.


Me temo que los lectores de por acá no tendrán muchas oportunidades de hacer este recorrido, pero si alguien pudiera aprender de él cómo hacer mejor las cosas por aquí, ya me alegraría de haberlo contado: ¿se imaginan, por ejemplo, unos paseos desde Logroño hasta el Castillo de Davalilllo o al de Jubera, todo por caminos para bicis? Pues mientras esperamos, ya saben: a emigrar.


martes, 5 de marzo de 2013

114. SERRADERO 1.400m (10k 600+) desde Torrecilla en Cameros



Pocas o ninguna son las excursiones montañeras que los libros de itinerarios contienen con salida en Torrecilla. Y sin embargo, a mí se me antojaba desde hace tiempo subir al lomo del Serradero desde la capital del Camero Nuevo. Y como vi que había un camino que saliendo por el barranco del depósito llegaba hasta el cordal en unos 5 kms y 600 m de desnivel, para allí que nos fuimos en un día muy especial, justo después de la última semana de nevadas del mes de febrero, con lo que la excursión ganó mucho en interés hasta el punto de que la podría subtitular como "experiencia en nieves bajas y medias". Porque andar por nieve es un arte que ya teníamos olvidado, y que con esto del uso de raquetas o los crampones siempre nos trae de cabeza. Pongo el gpx que nos grabó el endomondo en el que tan sólo se ve que tuvimos un pequeño despiste a la altura de la bifurcación del camino de las antenas que pronto corregimos.



Y sin más paso a poner fotos, porque son las que mejor cuentan el intríngulis de la excursión.

Salimos de Torrecilla por el camino del barranco que sube a la ermita de San Pedro y enseguida dejamos atrás un entorno de granjas de..."estilo español", digamos. Como se ve, aún quedaba nieve en los bordes del camino.


A 1,4 km está la desviación a la izquierda hacia San Pedro. El camino que sube a Serradero sigue recto y en otros cuatrocientos metros la nieve lo empezaba a cubrir todo.


Por lo que ahí mismo nos pusimos los protectores exteriores de media pierna:


Un poco más adelante, desaparecen las últimas rodadas de los todoterrenos de los granjeros y el camino solo ofrece las huellas de algún animalillo salvaje:


Empezamos a subir y empezamos a hundirnos en la nieve, con lo que cada paso cuesta el doble.


A la altura de unos corrales que hay más adelante a mano derecha, a unos 1.200 mts de altitud, la capa es ya de unos cuarenta centímetros o más y hay que buscar los bordes para hundirse menos:


¿Deberíamos haber cogido las raquetas? Pues sí. Eso pensamos. Pero ¿quién lo hubiera imaginado si con la helada de la noche nuestro pensamiento fue el de traer los crampones... Un poco más adelante relevo a Rosalía en la tarea de abrir huella y llegamos así a una hondonada en que cada paso no cuesta ya el doble sino el cuádruple de lo normal (hasta la cámara se me asusta)


Como veo que más adelante el camino está completamente desdibujado por la cantidad de nieve, subo por la ladera de la derecha en busca de un terreno más barrido por el viento y desde ahí (1.270 m más o menos) veo lo que nos queda hasta la cima. 


Un paseo, en condiciones normales, pero una aventura en un día como el de hoy. Como se supone que la cima a la que llega el camino es aquel collado del fondo a la izquierda, vamos ladeando por la derecha siguiendo las huellas de algunos jabalíes o de algún caballo que, obviamente, se cortan, zizaguean o se pierden entre los matorrales. No estaba yo para fotos sino para seguir abriendo huella, así que la siguiente foto es la del deseado lomo de la cima con la bellísima panorámica de la Sierra de la Demanda que se nos ofrece al otro lado del cordal.


Para almorzar en ella nos acondicionamos un abrigo en la nieve del lado noroeste de un matorral, pues casualmente ese día el viento soplaba justo al revés:


Tres cuartos de hora de feliz almuerzo de bocadillo de mejillones con botella de vino de casa, y un poco de teleobjetivo sobre el San Lorenzo y el Cabeza Parda para contemplar con detalle la belleza de sus curvas blancas:


Aunque puestos a contemplar yo casi prefiero las formas caprichosas de la nieve en el propio lomo donde estamos (vista hacia el Sur), con el Cabezo del Santo al fondo:


O  las peñas de la zona de la ermita de San Bartolomé, encima de Nestares (vista hacia el Norte), a las que pensamos subir otro día:


Ahora sí, bajando por la misma huella por la que habíamos alcanzado la cumbre, me divierto haciendo fotos:


Por culpa de ello, en un cruce de huellas con las de unos jabalís perdimos nuestra propia huella, ay, y nos volvimos a enciscar en la nieve, aunque bajando era mucho más llevadero.


Al hacer esa foto me di cuenta de que al fondo se veía majestuosa la silueta de la Atalaya, por donde anduvimos hace un año en compañía de Fernando. Pongo otro poco de teleobjetivo y le hago otra foto un poco más de cerca:


En uno de esos tramos de bajada se puede ver Torrecilla al fondo:



Al llegar al hoyo de antes, donde me subí por la ladera, fotografío las huellas poco profundas de esa zona batida por el viento.


Y ya en el camino, es un placer volver a fotografiar nuestras profundas y únicas huellas de la subida:


Mirando hacia atrás a mi compañera, advierto que el fondo del camino tenía un bonito pico o balcón de rocas que es justo el que está en esa zona en que el camino de subida tuerce a la izquierda.


También hago una foto del cruce donde nos despistamos en la subida para que si hacéis este mismo recorrido no os pase también a vosotros. Y es que el camino que sube a las antenas es mucho más ancho y más en continuidad con el que viene de abajo, pero es evidente que se va del barranco y que acabará muriendo en ellas.


Los 5 kms y un poco más del despiste, con los 600 mts de desnivel, nos costaron dos horas y veinte minutos. Y mucho sudor. El descenso, sin embargo, los hicimos en una hora y veinte minutillos.

Excursión realizada el 3 de marzo del 2013 saliendo a las 11:30, es decir, sin madrugar lo más mínimo... ahhh