sábado, 10 de julio de 2010

59. MESA DE CEBOLLERA, 2163 m, con esquís de travesía.

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No había puesto nunca aquí un intento fallido, pero ya va siendo hora. No siempre que vas al monte se puede hacer cumbre. Las ascensiones implican cierto sacrificio pero como el objetivo es disfrutar de un buen día de montaña, la prudencia y las ganas de gozar siempre han de ir por delante.

Hace muchos años (estando embarazada Rosalía creo que de Teresa) el Buri y yo nos planteamos subir a la Mesa de Cebollera con esquís desde la ermita de Lomos de Orios. No sé quien de los dos lo planeó pero sí recuerdo que el almuerzo de bocadillo de mejillones y botella de vino de casa lo puse yo.

La ruta es sencilla y muy bonita. Desde la ermita se avanza un poco por el camino hacia el sur hasta encontrar un ancho cortafuegos que sale en dirección Este.



Subiendo tranquilamente por él se alcanza el cordal que da al barranco de las Rameras (bonito nombre) y se continúa por dicho cordal hacia el Sur con la vista de la gran Mesa siempre al fondo.
Como su nombre indica, la Mesa es una cima amplísima y muy curiosa porque a su vez es el vértice oriental de los dosmiles de Cebollera. El problema de esta ruta es que si te pilla un día frío y en el que sopla fuerte de Noroeste, el gozo se convierte en tormento.



Es lo que nos pasó a Buri y a mí por lo que a mitad del cordal paramos detrás de unas rocas que nos protegían del viento, nos tomamos el vino y los mejillones y nos dijimos, ale, a disfrutar del descenso del cortafuegos con esquís.



No me esfuerzo en poner los mapas de la ruta porque he encontrado quien los ha colocado ya en la red y muy bien: v. SENDERIOJA. No era nuestra intención dar la larga vuelta que se propone en este recorrido porque a mí el monte no me gusta muy largo, pero como gustéis.

Lo que me gustaría, eso sí, es volver a intentarlo con algún lector de este blog a ver si esta vez llegamos a la cima.

viernes, 2 de julio de 2010

58. CRIFFEL, 570, (10k 500+) New Abbey, Dumfries, Escocia.

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El año 2000 volvimos a Gran Bretaña de veraneo, esta vez a Dumfries, sur de Escocia. Por supuesto que excursionamos a las Highlands pero antes de ello y merodeando por la zona (véase en edificiosLHD la SweetHeart Abbey) descubrimos una pequeña y solitaria montaña que dominaba todo el estuario de Solway y no pudimos resistir su atracción. La foto de arriba muestra el perfil de la montaña desde el punto de salida, poco más allá de la Abadía. Y en estas dos de Google puede verse la localización.




El sendero estaba a la vista por lo que la ruta no presentaba otros problemas que la longitud (las guías daban 4 h 30 min para la excursión, subida y bajada incluida) y el mal tiempo que hizo aquel verano, aunque por suerte el 15 de julio, que fue el día en que subimos, empezó a mejorar.



En esta foto se nos ve ya tomando altura sobre la llanura de Dumfries. En primer término están las casitas que rodean a la SweetHeart Abbey. La línea que cruza en horizontal es el río Nith que viene de Dumfries y desemboca en el estuario de Solway.



Desde abajo ya se veía que entre el primer lomo y la cima habría una zona más o menos llana o de descanso. Es justo la de esta foto.



Y aquí los cuatro en la cima con una foto hecha mediante el disparador automático porque no vimos a nadie en toda la ascensión. Sí, yo soy el de las barbas. Fue la única vez en mi vida que me dejé barba, ja ja ja.



En todo el monte no hay ni una sola piedra por lo que si quieres depositar una en la cima (para que no te sigan los fantasmas que dice la guía) tienes que subirla desde abajo.



En esta otra foto puede verse la costa sur de Escocia. Detrás de Elena se adivina débilmente el perfil de la Isla de Man.

Subimos con una tranquilidad absoluta. Tengo anotado que dije: “vamos a andar como si no nos importara hacerlo en 10 horas”. Aún así, nos costó 2 h 10’ la subida y 1 h 45’ el descenso, por lo que estuvimos bastante por debajo de las 4 h 30 min de la guía. Tranquilos que son estos ingleses.

Aparte de la suavidad y las excelentes vistas, lo más curioso de esta excursión fue el sendero de “muddy”, una especie de tierra negra mullida en la que era fácil resbalar en la bajada. Los bastones, pues, nos vinieron muy bien.

También tengo anotado en el cuaderno de campo que al llegar abajo nos tomamos una buena sidra en la la Criffel Inn de New Abbey. A falta de botellita de vino...